La comisión de Fomento resuelve que la velocidad y el despiste causaron la tragedia de Santiago

  • Así lo determina la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios (CIAF) sobre el descarrilamiento del tren de Santiago que provocó 80 muertos.
  • El informe propone señalizar en la vía las reducciones de velocidad e implantar balizas para controlar la velocidad y para que se pueda producir su frenado.
  • En sus nueve recomendaciones, el informe pide también implantar un sistema de grabación de audio y vídeo en las cabinas.
  • Las víctimas critican el informe: "No se puede ser juez y parte", dicen.
Agentes de la Policía analizan los restos del tren Alvia accidentado en Santiago de Compostela en julio de 2013.
Agentes de la Policía analizan los restos del tren Alvia accidentado en Santiago de Compostela en julio de 2013.
EFE
Agentes de la Policía analizan los restos del tren Alvia accidentado en Santiago de Compostela en julio de 2013.

La Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios (CIAF) ha determinado que la causa del descarrilamiento del tren de Santiago de Compostela, que provocó 80 muertos y 147 heridos, se debió a un exceso de velocidad provocado por el maquinista y a su falta de atención al responder a una llamada del interventor.

Según el documento elaborado por el órgano adscrito al Ministerio de Fomento, el tren circulaba a 179 km/h en la curva de Angrois, limitada a 80 km/h, lo que pone de manifiesto que el maquinista no respetó lo prescrito en el libro horario del tren y en el cuadro de velocidades. Como causa coadyuvante se apunta a su falta de atención pues, al responder a la llamada, no aplicó el freno de forma adecuada para reducir la velocidad antes de la entrada a la curva.

En el informe para determinar las causas del accidente que costó la vida a 80 personas e hirió a 147, los técnicos de la CIAF entienden que la conversación telefónica, que se prolongó durante 100 segundos, fue excesiva y reiterativa.

Durante este tiempo, el tren recorrió 5.540 metros en los que el maquinista "no realizó parte de su actividad normal de conducción". De hecho, respondió 6.000 metros antes del inicio de la curva, lo que le impidió iniciar el frenado en el momento oportuno.

El interventor llamó en tres ocasiones al maquinista, la última para pedirle si podía entrar en la vía desviada de la estación de Puentedeume "para comodidad de los viajeros" del tren siniestrado el 24 de julio de 2013.

El ERTMS no habría limitado la velocidad de acceso

El sistema tardó tres segundos en iniciar la frenada efectiva, por lo que el tren circulaba a 195 km/h cuando comenzó la desaceleración. Descarriló cuatro segundos después en un punto ya fuera del tramo dotado del sistema ERTMS. Desde el fin del tramo ERTMS hasta el punto de descarrilamiento existen señales luminosas y carteles que indican el punto en el que debe efectuarse el cambio de modo Asfa, así como el cambio de velocidad máxima hasta 80 km/h.

El informe remitido al juez y de 266 hojas señala además que en el caso de que el tren hubiera circulado con ERTMS hasta el lugar en cuestión, este sistema no hubiera limitado la velocidad de acceso a la curva pues desde este punto se podía circular a 200 km/h con Asfa, siendo el maquinista el que debía reducir la velocidad.

Si bien, el maquinista tendría que haber activado el pulsador de reconocimiento de salida del ERTMS. De no hacerlo, el sistema habría producido el frenado. Debido a problemas con el ERTMS se circulaba con el sistema Asfa digital en todo el recorrido sin activarse ERTMS en ningún momento en el trayecto Orense-Santiago.

En sus declaraciones, el maquinista reconoció que no podía explicar por qué no redujo la velocidad, que el tren iba con minutos de retraso, que no sabía en qué pensaba antes de entrar en el túnel y que debía contestar la llamada del interventor, aunque no sabe si ésta influyó en el accidente.

En sus nueve recomendaciones, el informe —independiente de la investigación judicial— propone señalizar en la vía las reducciones de velocidad a partir de cierto rango e implantar balizas para controlar la velocidad y para que se pueda producir su frenado si se rebasa. También que las comunicaciones con los maquinistas se realicen de forma segura y sin distracciones o que se implante un sistema de grabación de audio y vídeo en las cabinas.

Las víctimas dicen que "no se puede ser juez y parte"

Las víctimas se han mostrado indignadas con el informe de la Comisión. Portavoces de las víctimas han coincidido en su queja de que este órgano adscrito al Ministerio de Fomento no es independiente y, por tanto, no parece acertado que se convierta en "juez y parte".

El presidente de la asociación de perjudicados Apafas, Cristóbal González, ha dicho que el análisis es "injusto y desacertado" pero ni más ni menos "que lo que se esperaba, es decir, otro tanto de lo mismo".

"Si pudieran ocultar la culpa del maquinista" Francisco José Garzón Amo, también lo harían, "pero como no hay ni Dios que diga que el maquinista no tiene culpa, entonces se agarran a todo lo demás", ha señalado, y ha apuntado que todo el mundo sabe que "la ineficacia de los sistemas de seguridad" está entre los motivos del siniestro.

"Es un accidente que se podría haber evitado y esto quiere decir que alguien no ha hecho las cosas bien", ha significado este hombre, uno de los pasajeros de ese convoy que cubría la ruta entre Madrid y Ferrol.

El sevillano Cristóbal González llegó a despedirse de su familia por medio de un wasap, al creer que su vida llegaba a su término. "Adiós, te quiero", escribió a su mujer e hijos.

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