Una grúa de grandes dimensiones y un camión de transportes especiales ha retirado este martes por la mañana la excavadora que el 26 de mayor empezó a derribar Can Vies y que resultó calcinada durante la primera noche de protestas. Desde entonces, había sido decorada con flores y plantas y mensajes de protesta, convirtiéndose en un símbolo de la resistencia del centro okupa.

La Guardia Urbana ha cortado los accesos a la calle Jocs Florals para facilitar las tareas, que se han llevado a cabo ante la presencia de unos cuantos curiosos del barrio y algunas cámaras de televisión. La excavadora se encontraba en el anexo del inmueble principal de Can Vies, que fue por donde comenzó el derribo de este centro autogestionado.

Por la tarde, una cuarentena de personas ataviadas con cascos amarillos y mascarillas han retomado las tareas de desescombro del centro okupado. Sacan cascotes de la zona derribada y los depositan en un contenedor específico de derribos que ha sido colocado al lado.

Una decena de ellos se han puesto en fila para facilitarse el traslado de los sacos de escombros, mientras otros utilizan un taladro percutor y grandes mazas para allanar el terreno. Esperan vaciar el espacio para poder celebrar asambleas, la primera de ellas, este miércoles, cuando presentarán el proyecto de reconstrucción y los plazos.

Para sufragar su proyecto ya han anunciado que llevarán a cabo una campaña de micromecenazgo por Internet, y para hacerlo han contado con el asesoramiento de varios arquitectos, que aseguran que la estructura no peligra, contrariamente a lo que afirma el Ayuntamiento de Barcelona.

Eso sí, el primer teniente de alcalde y portavoz del gobierno municipal de Barcelona, Joaquim Forn, valoró positivamente el cese de los disturbios, que han dejado daños en mobiliario público valorados en más de 200.000 euros, y espera que no se reproduzcan.

"Lo más importante era el cese de los actos violentos, a la espera de que se cree un clima tranquilo que permita la negociación", señaló tras la reunión con los grupos municipales, quienes criticaron la indefinición de Xavier Trias para solucionar el conflicto.

Tras dos noches de calma, los 300 antidisturbios enviados a Barcelona el 28 de mayo para proteger edificios públicos de titularidad estatal y, si era necesario, apoyar a los Mossos d'Esquadra, han retornado a sus unidades, en Valladolid, Madrid y Zaragoza.

La jueza que el lunes dejó en libertad con cargos a los últimos cuatro detenidos por los incidentes en las protestas de Can Vies cuestiona la legalidad de prohibir acudir a manifestaciones que otros magistrados han acordado para los arrestados en las protestas.

En su auto, al que ha tenido acceso Efe, la titular del juzgado de instrucción número 26 de Barcelona, Roser Aixandri, considera que la medida cautelar de prohibición de ir a manifestaciones que solicitó la Fiscalía para los cuatro detenidos "tiene difícil encaje" en las previsiones de la Ley de Enjuiciamiento Penal, el Código Penal y la Ley Procesal.

Además, la instructora advierte de que esa medida cautelar, que dos jueces instructores acordaron días antes para una cuarentena de detenidos por su presunta relación con los disturbios de Can Vies, supondría una suspensión del derecho de manifestación y reunión y sería "desproporcionada con la concreta realidad de los hechos atribuidos".

En el auto en que acuerda dejar en libertad a dos de los detenidos, que estaban acusados de los delitos de desórdenes públicos y resistencia a la autoridad, la juez sostiene que las lesiones que los Mossos d'Esquadra afirman les causaron los imputados "fueron producto de la presunta resistencia (...) para evitar ser esposados y no por actos de acometida directa".

Además, la juez razona también que no está acreditado, "ni indiciariamente", que los acusados provocaran daños materiales y subraya que ambos detenidos no tienen antecedentes ni detenciones policiales anteriores por hechos similares, por lo que acuerda dejarlos en libertad.