¿Cuál es el mejor invento que todavía nos queda por inventar?

Mejor invento todavía por inventar.
Mejor invento todavía por inventar.
CARLOS PAN
Mejor invento todavía por inventar.

¿Humanos cibernéticos? ¿Robots justicieros? Los lectores desbancan a Leonardo da Vinci, golpean en los bajos a Einstein, despliegan más imaginación que Picasso. Su genio inventivo se ha puesto al servicio de la humanidad.

Vivimos en la gran época tecnológica y, si lo comparásemos con una pirámide, estaríamos en el primer escalón. Asistimos a la nueva fase en la que avanzan los gigantes cuánticos, cuyos hombros mecánicos, en los que sentó Newton, ya nos parecen pequeños. Tiempo de crecimiento exponencial, en el que los ciegos pueden ver a través de un chip, embelesados por fotografías del Big Bang. Y sin embargo, quedan por destaparse tantos inventos...

“El mejor invento de la humanidad será aquel que permita la conquista del espacio y del tiempo. Traspasar nuestro software (memoria, ideas, sentimientos, en definitiva, nuestro yo) a un medio no biológico, como puede ser un ordenador. Eso nos haría prácticamente inmortales (conquista del tiempo) y permitiría los viajes interestelares (conquista del espacio)”, explica Armando Sáez, nuestro moderno Prometeo, dispuesto a quitarles a los dioses su principal conquista.

“Siempre imaginé autopistas como cintas transportadoras, continuas, de diferentes velocidades. Subirías y bajarías, a pie, por la más lenta y los asientos instalados en la de la izquierda, la más rápida. ¿No sería divertido? ¿Y para cuándo los cristales autolimpiables?”, nos escribe Antonia Alcaraz. Inmortales y vagos. Autopistas de información sin conductor. Todos convertidos en fuente de luz.

“Una cabina estética en la que uno/a se introduce y programa para quedar duchado, secado, hidratado, depurado, tonificado, depilado, masajeado, peinado, perfumado y maquillado. Con sauna, higiene parcial, diagnóstico de constantes vitales, análisis de sangre y fluidos, administración y seguimiento de tratamientos médicos y estéticos, y muchas opciones más”, propone Gloria Reguero, prediciendo el fin de los estilistas.

Ya tenemos unos poshumanos que se mueven por autopistas autónomas y muy guapos, peinados y perfumados, si es que todavía quieren mantener esa antigualla orgánica que llamamos cuerpo. ¿Qué más podemos pedir? “Almacenar la energía eléctrica de los rayos en las tormentas.

Desalinizar el agua del mar a bajo coste energético y sin contaminar”, sugiere Agustín Suárez. “Energía barata a partir de agua salada”, reitera Ukeleleeivissa. ¡Eureka! ¡Necesitamos energía para todo esto! ¡Necesitamos líquidos! ¡O silicio! ¡O magnesio! Siempre sodio, y algo de cebada. ¡Que inventen jugos sin resaca!

La sociedad robótica

Y qué ocurre con el invento estrella del siglo pasado, aquel con el que soñaron todos los niños de la era industrial. “Robots no manipulables que sean legales e imparciales y decidan cómo hacer las cosas para vivir mejor”, dice Nohaydosintres. Su señoría Robot. El urbano robot. El funcionario robot. El fontanero robot. Un mundo de justicia robótica. ¿Pero quién diseñaría estos robots? ¿Cómo podemos asegurarnos de que serán imparciales? “El mejor invento por descubrir es la honradez de nuestros políticos que parece que todavía no se ha inventado”,dice Justiciero Pachón.

Así obtenemos este nuevo mundo de robots y humanos que viven en capsulitas de putnisita. Un mundo armónico en el que cada rayo es celebrado como una factura menos en el contador. Un planeta interconectado. “Se podría inventar el satélite Wi-Fi que llegase con Internet gratuito a todos los lugares del mundo”, opina hercules340461.

¿Y qué pasará con los trabajadores? ¿Y con los jóvenes? ¿Los parados? ¿Los pensionistas? “De vez en cuando hay algún invento bueno; pero todos los demás solo sirven para arruinar a trabajadores, despedirlos y causar ansiedad en los jóvenes”, concluye Iman Mahdi.

Queridos inventores, ratas de biblioteca, gafitas que recibís las palizas en las escuelas... en seguida nos percatamos de que necesitamos otro invento. Un propósito anterior que pueda propiciar este mundo ideal. “El mejor sería algo que haga desaparecer el egoísmo. Aunque parezca un tabú, con la ciencia tecnológica no sería difícil de conseguir. Viviríamos en un mundo perfecto”, afirma Francisco M. M.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento