Valencia fue iluminada en la noche del domingo durante 20 minutos por medio un gran castillo de fuegos artificiales que utilizó cuatro toneladas de artificios pirotécnicos ante decenas de miles de personas en el entorno del antiguo cauce del Turia. Ha sido conocida como la nit del foc (noche del fuego).

Este acto pirotécnico nocturno es el estelar de los celebrados a lo largo de todas las fiestas de Fallas, donde las mascletaes repartidas por toda la ciudad desde el día 1, especialmente la de la plaza del Ayuntamiento, y los castillos de fuegos artificiales atraen a miles de espectadores que ponen a prueba sus tímpanos.

Para el espectáculo de anoche, la empresa Ricardo Caballer, que también disparará la última 'mascletá' municipal, controló a través de seis ordenadores pirodigitales un variado reparto de efectos: carcasas, candelas, lentejuelas, karmuros descolgantes, intermitentes, fugaces y cruzados, así como aperturas ciegas o carcasas esféricas de exhibición, hasta sumar 6.000 unidades de disparo.

Un equipo formado por veintiséis técnicos pirotécnicos trabajó para completar un montaje en el que se utilizaron más de 3.000 metros de cable y 6.000 cebos eléctricos. Este acontecimiento sirve de prólogo al último día de las Fallas, festividad de San José y donde el fuego cumplirá su rito ancestral de destruir los monumentos falleros, para hacer posible que la fiesta vuelva a renacer de sus cenizas.

Esta noche pasada también concluyó la confección floral del manto de la patrona de Valencia, la Mare de Deu dels Desamparats (Viren de los Desamparados), en una estructura de madera de más de diez metros de alto que preside la plaza de la Virgen.

La Fallera Mayor, Marta Reglero, ha sido la encargada de depositar, a primeras horas de la madrugada, el último ramo de claveles, de colores blanco, rosa, rojo y amarillo, que este año han dibujado un símbolo mariano, que ha incorporado un sentido náutico por la celebración en Valencia de la Copa del América de vela.