La luz dorada y las nubes (cúmulos y altocúmulos) envuelven la atmósfera industrial y urbana de las pinturas. Derek Buckner (1970) es capaz de pintar con romanticismo el incendio de una fábrica visto a lo lejos, naves industriales en un atardecer o una vista de Nueva York tomando como punto de referencia un puente en el que unos obreros trabajan sobre las vías de tren.

El pintor estadounidense —hijo del también pintor Walker Buckner (1943)— ha tratado en sus obras temas muy diferentes, incluso se dedicó con perseverancia durante cinco meses a pintar un puñado de malvaviscos blancos tirados en la esquina de una habitación, pero siempre termina experimentando la necesidad de regresar a los paisajes de ciudades y fábricas.

La galería George Billis de Nueva York exhibe hasta el 24 de mayo una selección de nuevos trabajos del pintor. Los óleos representan el area neoyorquina del barrio de Gowanus, en Brooklyn, lugar en el que nació y creció Buckner, que ha pasado los últimos 20 años pintando la zona del canal y sus alrededores.

Desde los años sesenta dedicada a la industria, el area ahora experimenta un cambio por la construcción de viviendas. Él, con una dedicación de pintor impresionista, ha documentado en los lienzos el desarrollo del paisaje y esta nueva entrega de obras es como un capítulo más de la historia del barrio.

Buckner se centra en un momento muy particular: en las consecuencias que tuvo para Gowanus el huracán Sandy, el segundo más destructivo de la historia de los EE UU tras el Katrina.

En After the Flood (Tras la inundación) los trabajadores limpian residuos mientras en el cielo aún hay rastro de las nubes grises. Factory Fire (Incendio en la fábrica) representa el incidente como consecuencia del huracán.