Los patios, un buen motivo para recorrer la milenaria Córdoba

  • Hasta el 18 de mayo se celebra la Fiesta de los Patios de Córdoba.
  • La calleja de las Flores exhibe sus balcones enrejados con flores y plantas.
  • La Mezquita es el monumento más importante de todo el Occidente islámico.
  • La sinagoga de la Judería es una de las mejor conservadas del país.
Imagen de un patio de Córdoba, durante las fiestas de la ciudad.
Imagen de un patio de Córdoba, durante las fiestas de la ciudad.
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Imagen de un patio de Córdoba, durante las fiestas de la ciudad.

Entrar en Córdoba es perderse en el túnel del tiempo y atravesar el puente entre Oriente y Occidente. Prodigio andaluz, esta antiquísima ciudad invita a descubrir su extenso patrimonio –no sólo su herencia árabe, pero también– y su cultura popular, esa que embellece calles y casas con flores, macetas y vegetación por doquier.

Efectivamente, uno de los atractivos de Córdoba son sus típicos patios, especialmente en mayo. La Fiesta de los Patios de Córdoba, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, comenzó el lunes y acaba el 18 de mayo.

Los más espectaculares abundan en el barrio del Alcázar Viejo, entre el Alcázar y la parroquia de San Basilio, aunque también los hay por el barrio de Santa Marina, alrededor de San Lorenzo y la Magdalena, y en la Judería.

Más allá de los patios y su fiesta, conviene visitar la Calleja de las Flores, una pequeña maravilla para los sentidos. Impresiona lo cuidados que están los balcones enrejados llenos de flores y plantas colgantes. La calle acaba en una plaza desde la cual hay una de las vistas más hermosas de Córdoba.

Y, claro está, la ciudad muestra su herencia árabe. La joya es la Mezquita, considerada el monumento más importante de todo el Occidente islámico. Iniciada en el año 780, se amplió en varias ocasiones hasta que, en el año 987, adquirió sus actuales dimensiones.

La Reconquista tuvo su precio. En el siglo XVI llegaría la “reforma” que, bajo el reinado de Carlos V, eliminó parte de los trabajos de ampliación de Abderramán II y Almanzor para construir la catedral cristiana, esa que hoy es motivo de nueva polémica por la apropiación en la que insiste la Iglesia católica.

Árabe y también romana

La Puerta de Almodóvar era conocida como la Bab al-Yawz y, aunque fue restaurada en 1802, se han conservado casi íntegramente las almenas y el adarve. Frente a ella, veremos una escultura dedicada a Séneca, el filósofo y dramaturgo cordobés más universal.

La de Séneca era la Córdoba romana, cuyos orígenes se remontan al siglo II a. C., cuando el general Claudio Marcelo se asentó a orillas del Guadalquivir para fundar Corduba. El templo romano asombra por sus grandes dimensiones. También cabe destacar el puente, uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad.

Bien distinta, la Judería, de calles estrechas y casas encaladas. Lo mejor es dejarse llevar y descubrir sus rincones, como la Plaza de la Concha o el callejón del Pañuelo, catalogada como la calle más estrecha de España. La sinagoga es una de las mejor conservadas de todo el país.

También la cristiandad trajo monumentos de interés. El Alcázar de los Reyes Cristianos es un edificio gótico de carácter militar, donde los Reyes Católicos recibieron a Cristóbal Colón cuando regresó de las Américas. Los patios y los jardines que esconde en su interior son de una delicadeza sorprendente.

Tampoco podemos perdernos las torres del Homenaje y de la Inquisición ni el Salón de los Mosaicos. Allí podremos contemplar mosaicos romanos descubiertos en la Plaza de la Corredera y sarcófagos de los siglos II y III.

Finalmente, nuestro paseo por Córdoba debería pasar por la Plaza del Potro, situada en el barrio de la Ajerquía; el Museo Julio Romero de Torres, en la misma plaza; y la Plaza de Capuchinos, cuyas austeras paredes inmaculadas acompañan a las portadas de piedra del Convento Santo Ángel.

Fuente: Guía Repsol. Rutas, mapas, restaurantes … ¡Planifica con nosotros tu viaje!

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