Los datos del paro conocidos este martes han servido al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para afianzarse en su optimismo económico. "Mi discurso es bastante realista. Un planteamiento triste o cenizo no se corresponde hoy con la realidad", ha señalado pocos minutos después de hacerse público que el número de parados bajó en 111.565 en abril, su mayor descenso en este mes desde 1996.

"Son buenos datos", ha afirmado el jefe del Ejecutivo en una entrevista concedida a la Cadena Ser, en la que ha dicho sentirse "animado y esperanzado porque se ha roto la tendencia de destrucción de empleo". A continuación ha reconocido que la cifra total de 4,6 millones de desempleados es elevada y por lo tanto "aún queda mucho por hacer". "Las cosas van a ir a mejor pero no van bien", ha señalado. No obstante ha insistido en que "lo peor" ha pasado. Y ha agregado: "No me gusta subir los impuestos. Ahora podemos bajarlos".

Ante una cifra de paro muy estacional, marcada por factores como la Semana Santa y el Puente de Mayo, Rajoy ha comentado que lo importante es la tendencia registrada en los primeros cuatro meses del año. En esa línea ha citado como ejemplo que en este cuatrimestre "hay 72.000 afiliados más a la Seguridad Social" que en el mismo periodo del año pasado. 

El presidente del Gobierno, quien pronostica que en 2014 la economía crecerá y se creará empleo y que 2015 "será mejor", ha asegurado que acabará la legislatura con menos paro del que había cuando llegó a La Moncloa. Rajoy ha reiterado este planteamiento pese a que se le ha recordado que el plan de estabilidad enviado por el Ejecutivo a Bruselas establece que la legislatura finalizará con una tasa del 23,3%, frente al 21,4% con el que se fue José Luis Rodríguez Zapatero. "Acabaremos con más afiliados a la Seguridad Social y menos personas en las oficinas del INEM, no lo quepa la menor duda", ha remarcado.

El jefe del Ejecutivo también ha defendido la reforma laboral y ha apuntado que frente a los 3.400.000 desempleados más que generó la última legislatura socialista, cuatro años después va a ocurrir "lo contrario": "Nos dejará unas cuantas personas más trabajando, ya veremos cuántas. Ese es el efecto que va a producir".

Preguntado por si llegará un momento en el que deje de recurrir a la herencia recibida, el presidente ha respondido que "no es lo mismo tener un punto de partida que otro". "Conviene explicar bien las cosas", ha añadido, después de hacer hincapié en que se encontró "un país en quiebra" y tuvo que "evitar un rescate".

La entrevista, que ha durado casi una hora, ha estado muy centrada en asuntos económicos, pero también ha abarcado otros temas, como el 'caso Bárcenas' y la supuesta financiación irregular del PP. Sobre si el partido pagó en negro la reforma de su sede en la calle Génova de Madrid, como concluye la Policía, Rajoy ha asegurado que "lo desconocía absolutamente". "Espero que el juez tome la decisión que crea ajustada a derecho y acataremos lo que diga", ha indicado. Ha dicho haber pedido explicaciones al respecto pero que en el PP desconocen ese asunto, "porque esas cosas no estaban en la contabilidad del partido".

Acerca de sus propias explicaciones, en su opinión las dio "donde hay que darlas, en el Congreso" y ante su formación. Y sobre los SMS que le envió al extesorero diciéndole que fuera "fuerte" ha contestado: "Cuando yo mandaba esos mensajes no conocía las cosas que se saben ahora."

"Tengo la certeza de que todos los documentos que hemos mandado al Tribunal de Cuentas son la contabilidad del partido. Si hay otras cosas, las desconozco", ha recalcado, y a la pregunta de si alguien más en el PP ha cobrado en negro ha respondido: "Que yo sepa, no".

Al hablar de dos temas tan distintos como el debate soberanista en Cataluña y la reforma de la ley del aborto, Rajoy ha empleado la misma palabra: "Diálogo". En ambos casos se ha mostrado dispuesto a dialogar y en ambos casos ha dejado clara su intención de no modificar su postura.

El presidente ha afirmado que espera que por la vía del diálogo y del sentido común se pueda resolver este "problema político de gran envergadura", en referencia a la consulta convocada por la Generalitat. Pero, como ya ha dicho en otras ocasiones, ha incidido en que el Ejecutivo "no puede aceptar" una consulta que el Parlamento y el Tribunal Constitucional han dicho que es contraria a la Constitución.

Respecto a la reforma de la ley del aborto, ha confirmado que no va a ser retirada: "Estamos dispuestos a escuchar a todo el mundo e intentar hacer una cosa que sea razonable. Pero no vamos a retirar la ley. Vamos a hablar".

Sobre la ausencia del expresidente José María Aznar en la campaña electoral de los populares para los comicios europeos y las informaciones que hablan de supuestos problemas en su relación con él, Rajoy ha manifestado que hay "demasiado ruido y muy poquitas nueces". "No hay los problemas que algunos quieren ver", ha garantizado y ha recordado que esta semana Aznar va a presentar a Miguel Arias Cañete en un acto "importante y emblemático" que se celebrará en Madrid.

El jefe del Ejecutivo, quien ha subrayado que cree haber conseguido mantener su independencia desde que fue designado por Aznar como candidato del PP a la Presidencia del Gobierno, ha asegurado que no está pensando en su relevo.

Tampoco ha pensado en si estaría sólo dos mandatos al frente del Gobierno si es que mantiene la jefatura del Ejecutivo tras las próximas elecciones generales: "Con franqueza, no lo tengo decidido. Todo el mundo dice que yo tomo decisiones a última hora y no les voy a quitar la razón. Por tanto, esperemos a última hora".