Una miembro de la tripulación del Sewol, que se hundió el miércoles de la semana pasada en las costas de Corea del Sur, ha asegurado este jueves que tanto ella como sus colegas recibieron orden de abandonar el barco cuando comenzó a naufragar.
La miembro de la tripulación, que no ha sido identificada, ha hecho estas declaraciones a la prensa cuando era trasladada desde el tribunal hasta el centro de detención en el que permanece tras ser acusada de negligencia.
El último balance facilitado por las autoridades surcoreanas ha elevado a 159 el número de cadáveres recuperados del barco, lo que sitúa en 152 el número de personas que permanecen desaparecidas.
La mayoría de los pasajeros eran surcoreanos
El ferry, de 6.825 toneladas, y que hacía la ruta desde la ciudad portuaria de Incheon hasta la isla turística de Jeju, se hundió el pasado miércoles frente a la isla de Jindo (suroeste). La mayoría de los pasajeros eran de nacionalidad surcoreana, aunque entre los fallecidos ya confirmados figuran al menos tres extranjeros.
El buque fue construido en Japón en 1994 y tiene 146 metros de eslora, 22 de ancho, pesa 6.325 toneladas y tiene una capacidad máxima para 921 personas, 180 vehículos y 152 contenedores.
Las operaciones se han centrado en las tareas de búsqueda, recuperación e identificación de los cadáveres, mientras que las esperanzas de encontrar supervivientes han disminuido drásticamente después de que los equipos de rescate no hayan conseguido encontrar ninguna persona con vida desde el hundimiento.
En la búsqueda participan 212 barcos, 34 aviones y 550 efectivos de emergencia. Asimismo, desde el Gobierno se ha indicado que solo se sacará a flote el ferry si las familias de las víctimas dan su consentimiento.
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