La fiesta de Villalar, un modo de acercarse a Valladolid

Castilla y León celebra hoy su día, el Día de Villalar. La festividad recuerda sin embargo una derrota. El 23 de abril de 1521 tuvo lugar en esta localidad la batalla entre las fuerzas imperiales de Carlos I y la Junta Comunera. La derrota de estos últimos acabó con la rebelión comunera frente al poder absoluto del monarca llegado de Flandes.

Hoy Villalar es Villalar de los Comuneros y el día, una fiesta popular y tímidamente reivindicativa. También una buena excusa para acercarse a Valladolid, a sólo 40 kilómetros, una ciudad que tiene mucho que ver.

La historia ha dejado su poso en la capital castellana. A ello ayudó que fuera capital de España, entre 1601 y 1606, antes de que Felipe IV la trasladara definitivamente a Madrid. Es en torno a la plaza de San Pablo donde aún suenan ecos de los pasos de la Corte. Se encuentran aquí varios palacios fruto de la designación de Valladolid como capital de la Corte.

Señorial y cuna de monarcas es el Palacio Real, la que fuera residencia de Felipe III y lugar de nacimiento de Felipe IV. Comparte linaje de alta alcurnia el palacio de Pimentel, donde nació Felipe II en 1527.

Muy cerca queda el Museo Nacional Colegio de San Gregorio, uno de los mejores museos de escultura de España. Reúne lo mejor de los escultores españoles de los siglos XV a XVIII, como Juan de Juni, Berruguete, Gregorio Fermández o Diego de Siloé. El fondo del Museo Nacional de Escultura es tan amplio que está distribuido por otros edificios, todos en la misma calle: el Palacio de Villena, la Casa del Sol y la Iglesia de San Benito el Viejo.

De aquel tiempo en que Valladolid era la capital de España hablan otros dos edificios: las casas museo de Cervantes y Colón. Cervantes vivía en Pucela cuando publicó El Quijote, en 1605. El museo intenta recrear el ambiente que pudo respirar el escritor en una casa discretamente decorada, de acuerdo con las posibilidades de un hidalgo español del siglo XVII.

La Casa Museo de Cristóbal Colón recuerda que el “descubridor” falleció en Valladolid en 1506. No murió en esta casa, aunque el museo reúne documentos y recuerdos de la época y nos acerca de manera fiel a la figura del descubridor.

Y para acabar, un museo nacido de los viajes a ultramar; un lugar poco conocido y de enorme valor, el Museo Oriental. El Real Colegio de los Padres Agustinos acoge en su interior las 18 salas del que tal vez sea el mejor museo oriental de España. Es el legado de los padres agustinos que, desde el siglo XVI, fueron evangelizadores del sudeste asiático. A su regreso, trajeron consigo muestras de esas culturas: caligrafías y muebles chinos, cerámica de Filipinas y hasta la armadura de un samurái japonés.

Fuente: Guía Repsol. Rutas, mapas, restaurantes … ¡Planifica con nosotros tu viaje!