El centro de Madrid tendrá más ciclocalles en mayo y el alquiler de bicis costará 1,10 € por hora

  • Los coches y las bicicletas compartirán desde mayo un centenar más de ciclocalles, en zonas de Lavapiés, Malasaña, Argüelles, Salamanca y Retiro.
  • El Ayuntamiento también implantará en mayo el alquiler público de bicis: los abonados pagarán de 15 a 25 euros anuales y 1,10 euros por cada hora de uso.
  • El uso de la bici crece un 17% en Madrid en el último año, aunque los ciclistas y los conductores aún tienen algunos problemas de convivencia.
  • La Policía Municipal pone el foco en la velocidad y la invasión de carriles en ciclocalles: en el último mes han multado a 36 ciclistas y a 454 automovilistas.
Varios ciclistas circulan entre el tráfico en el ciclocarril del eje Mayor-Alcalá, a la altura de Cibeles.
Varios ciclistas circulan entre el tráfico en el ciclocarril del eje Mayor-Alcalá, a la altura de Cibeles.
JORGE PARÍS
Varios ciclistas circulan entre el tráfico en el ciclocarril del eje Mayor-Alcalá, a la altura de Cibeles.

Hasta hace unos años, las bicicletas eran una anécdota entre el tráfico de Madrid. Pero ahora, poco a poco, los ciclistas se van apoderando de las calles de la capital. Entre 2012 y 2013 los desplazamientos en bici se incrementaron un 17% en Madrid, según datos del área municipal de Medio Ambiente y Movilidad. Y a partir de mayo el Ayuntamiento prevé que el fenómeno ciclista vaya a más, debido a la entrada en vigor del sistema público de alquiler de bicis y a la instalación de un centenar de nuevas ciclocalles en el centro. Sin embargo, frente a estas luces, la bici urbana sigue teniendo algunas sombras, como los conflictos todavía existentes entre coches y ciclistas, o el diseño inadecuado de algunos carriles bici, según denuncian los colectivos de ciclistas.

En las próximas semanas, el Ayuntamiento prevé habilitar un centenar de ciclocalles (una red que sumará un total de 70 kilómetros) en los distritos centrales de la capital. En estas calles, las bicis tendrán prioridad sobre los vehículos a motor y éstos tendrán que reducir su velocidad hasta los 30 kilómetros por hora cómo máximo, siguiendo el mismo sistema de algunos carriles del eje Alcalá-Mayor o de la M-10 que recorre los bulevares.

Las nuevas "ciclocalles a señalizar", según el plano anexado en el contrato de adjudicación del servicio de Movilidad, se reparten por los distritos de Centro (en los entornos de Lavapiés, Ópera, Cortes, Malasaña y Conde Duque), Retiro (en torno a la Avenida del Mediterráneo e Ibiza), Salamanca (calles secundarias de la Milla de Oro), Arganzuela (barrios de Palos de Moguer y Acacias), calles del sur de Chamberí y barrio de Argüelles (alrededores de Martín de los Heros, en Moncloa). Las calles concretas se anunciarán en los próximos días.

Calles con menos pendiente y poco tráfico

Para escoger las ciclocalles con prioridad para bicis se han tenido en cuenta las calles con menos pendiente y aquellas vías secundarias que suelen tener menos tráfico de coches. "Era una necesidad señalizar estas calles en previsión del aumento de bicis que habrá en los próximos meses cuando se ponga en marcha la bici pública", apuntan fuentes municipales.

La bici pública será una realidad a partir de mayo. El Ayuntamiento irá instalando durante esta semana y la que viene las 124 estaciones de anclaje para las 1.580 bicicletas eléctricas que formarán parte del sistema público de alquiler (BiciMAD). Las estaciones para recoger y entregar los vehículos se repartirán por diferentes puntos del distrito Centro, alrededores del Retiro, parte del distrito Salamanca y la zona de Argüelles (Moncloa), según consta en el contrato de adjudicación del servicio. Aunque el Ayuntamiento no descarta que se produzcan "reubicaciones de última hora" en otras calles exteriores a este anillo.

Los madrileños podrán abonarse al servicio de alquiler de bicis pagando una cuota anual de 15 euros (para aquellos que dispongan de abono transporte) o de 25 euros (para el resto). "Es una alternativa al vehículo privado y un complemento al transporte público. De ahí que sea más barato para los que tengan abono transporte", según fuentes de Medio Ambiente. Este es el precio por hacerse socio, pero después habrá que pagar un importe según el tiempo de uso de las bicis: la primera media hora costará 50 céntimos y el resto de fracciones de media hora se cobrarán a 60 céntimos, con lo que la primera hora saldrá por 1,10 euros.

Bonificación por devolver la bici en una estación vacía

Los usuarios que no sean abonados (principalmente, turistas) deberán pagar dos euros por la primera hora y cuatro euros más por la segunda hora. El servicio tiene una duración limitada de dos horas, con una penalización de cuatro euros por cada hora de exceso. Además, el cuadro tarifario contempla una bonificación de diez céntimos para los ciclistas que devuelvan la bici en una estación deficitaria, es decir, donde haya pocos vehículos; o que la recojan en una estación excedentaria, donde haya saturación de bicis.

En el resto de grandes ciudades españolas (Barcelona, Valencia y Sevilla) este sistema ya está implantado desde hace años. Sin embargo, en esas otras ciudades la primera media hora es gratuita. El resto del tiempo, las tarifas son desiguales: en Valencia cobran 52 céntimos por la segunda media hora, en Sevilla cuesta 51 céntimos entre el minuto 30 y el 90, y en Barcelona (la más cara) cobran 74 céntimos por cada media hora adicional. Aun así, el abono anual será más barato en Madrid que en el resto de urbes: en Barcelona cuesta 47,16 euros; en Sevilla, 33,33 euros; y en Valencia, 27,12 euros.

La bici pública y las nuevas ciclocalles se suman a otros avances implantados para las bicis en el último lustro en Madrid, como los 316 kilómetros de vías ciclistas, la red de 1.167 aparcabicis, la modificación de la ordenanza de Movilidad para adaptar la circulación en la ciudad a la presencia de bicis, o la M-10 ciclista, un anillo que rodea el centro a través de los bulevares.

Exceso de velocidad, preferencias de paso e invasión de carriles

Pero estos avances se topan con un obstáculo que no se acaba de solucionar: todavía existen conflictos entre los conductores de coches, los ciclistas y los peatones por el uso conjunto de las calles. La Policía Municipal y los agentes de Movilidad están poniendo el foco en la detección de conductas incívicas en los carriles bici y ciclocalles de la capital. El resultado es claramente superior en cuanto a las infracciones cometidas por usuarios de coches: en el último mes se han puesto 36 sanciones a ciclistas y 454 a conductores, "fundamentalmente por velocidad inadecuada y preferencias de paso", matiza el Ayuntamiento.

"Queda mucho por hacer a la hora de concienciar a los conductores. Cada vez son menos los automovilistas irrespetuosos, pero hay que seguir haciendo un esfuerzo por visibilizar a la bici y enseñar educación vial. Los nuevos carriles han sido positivos porque mandan el mensaje de que la bici existe y de que su lugar es la calzada. Pero hay que seguir avanzando, con carriles en la calzada pero más separados del tráfico para dar sensación de seguridad, con menos coches y reduciendo la velocidad, que es el gran problema", explica Juan Merallo, portavoz del colectivo Pedalibre.

Para evitar los previsibles encontronazos entre coches y bicis, el Ayuntamiento de Madrid ha puesto en marcha una campaña de concienciación dirigida a los conductores de ambos vehículos y a los peatones. En la campaña recuerda a los automovilistas que deben respetar la distancia mínima con los ciclistas, mientras que a los usuarios de bicis les informa de que deben circular por el centro del carril derecho de la calzada. En el caso de los peatones, el Ayuntamiento les pide que no caminen sobre los carriles específicos para bicis.

Las infracciones más habituales de algunos coches

  • No respetar la distancia al adelantar: Los coches suelen acercarse más de lo debido a las bicicletas, sin tener en cuenta que son un vehículo con mayor desprotección. Según la normativa, al adelantar a un ciclista se debe dejar una distancia lateral superior a 1,5 metros. La multa por no respetar esta norma puede llegar a 200 euros y conlleva la pérdida de cuatro puntos.
  • Presionar a la bici por detrás: La bici es un vehículo más lento, por lo que muchos conductores suelen presionar a los ciclistas. La normativa obliga a guardar una distancia de seguridad de cinco metros por detrás de las bicis.
  • Invadir el carril exclusivo para bicis: Hay conductores que estacionan en los carriles bici y motos que optan por circular por ellos, pese a que los vehículos a motor tienen prohibido pisar estas vías.
  • Hacer giros sin fijarse en el paso de bicis: Los ciclistas denuncian que algunos conductores no se fijan en la presencia de bicis al realizar giros o cambios de carril.
  • Exceso de velocidad: La rapidez de los vehículos a motor supone el mayor peligro para la estabilidad de una bici. Por ello, la normativa obliga a aminorar la velocidad ante la presencia de un ciclista. El límite de velocidad en ciclocalles es de 30 kilómetros por hora.


Los malos hábitos de algunos ciclistas

  • Circular por el carril bus-taxi: Muchos ciclistas suelen circular por los carriles reservados para autobuses y taxis, ya que así se sienten más seguros que entre el tráfico. Pero esta práctica está prohibida.
  • Transitar por las aceras y pasos peatonales: Es habitual ver bicicletas circulando en las zonas peatonales, lo que suele incomodar a los viandantes. Cuando van por la acera, los ciclistas deben bajarse de la bici y caminar junto a ella. Cuando existen zonas mixtas para ciclistas y peatones se puede ir montado sobre la bici, pero siempre hay que dejar un metro de espacio con los viandantes.
  • Saltarse los semáforos y señales: Una bicicleta es un vehículo más y, por tanto, debe respetar todas las normas de tráfico: los semáforos, las cesiones de paso o los 'stop'. Además, cuando un ciclista quiere girar o cambiar de carril ha de señalizar sus intenciones mediante movimientos del brazo, igual que un coche señaliza con los intermitentes.
  • Circular pegado al carril contiguo: Pedalear con la bici pegada a la línea que delimita el carril contiguo es peligroso. Por ello, la normativa municipal establece que las bicicletas deben transitar por el centro del carril derecho (o, en su caso, del carril contiguo al bus-taxi).
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