Lo cuenta Eriq Gardner en su blog Hollywood, Esq, especializado en los más turbios asuntos del mundo del cine y alojado en The Hollywood Reporter: una desconocida actriz, Anne Lee Greene, ha sido denunciada por varios estudios tras negarse a rodar unas escenas de alto contenido erótico.

Time Warner, HBO, Cinemax y una cuarta productora, llamada True Crime, reclaman a Greene 85.000 dólares (unos 61.000 euros) por incumplimiento de contrato. En mayo de 2011 Greene se presentó a un casting para una serie llamada Femme Fatales, con el objetivo de conseguir un papel protagonista para los dos primeros episodios de la segunda temporada del programa.

Ya en esas pruebas la actriz estaba avisada: tendría que realizar unas pruebas de cámara mostrando, desnudos, su pecho y su trasero. Finalmente Greene no consiguió el papel, pero sí un protagónico en otro episodio posterior, llamado Jailbreak, y firmó un acuerdo que ya incluía las exigencias nudistas del proyecto.

La actriz recibió un DVD con capitulos anteriores de la serie y, sobre todo, un guión en el que se detallaba que tendría que simular, entre otras cosas, una escena en la que recibía sexo oral.

Según cuenta Gardner, Greene no tuvo problemas el primer día de rodaje, pero sí el segundo, cuando tenía que rodar otra escena sexual con un actor: según los demandantes, la actriz se negó en rotundo cuando ya era demasiado tarde y resultaba imposible sustituirla por otra "al tener que seguir un calendario de rodaje, tener un presupuesto limitado y resultar económicamente imposible".

Las discusiones duraron dos días más, con la actriz exigiendo recurrir a dobles para distintas escenas, tapándose los pezones en otras (exigiendo que luego la imagen fuera retocada digitalmente) o, directamente y según los responsables de Jailbreak, obligando a reescribir el guión.

Aunque los productores aseguran no haber forzado a la actriz a nada, sí insisten en que la avisaron sobre el tipo de papel que interpretaría, firmaron un contrato en el que se menciona que tendría que desnudarse y no dudan en reclamar esos 85.000 dólares por los perjuicios sufridos.

No es la primera vez que algo parecido sucede: ya hace más de 20 años, exactamente en 1993, Kim Basinger se vio obligada a pagar una fortuna (aproximadamente 6 millones de euros, aunque terminó llegando a un acuerdo de 3) a los productores de Boxing Helena, un drama dirigido por Jennifer Chambers Lynch que la estrella se negó a protagonizar (pese a haber firmado un contrato) por considerar el guión definitivo inaceptable.

La primera candidata, Madonna, también se bajó del proyecto por el mismo motivo (aunque no llegó a firmar ningún compromiso), y finalmente la elegida fue Sherilyn Fenn, famosa por su intervención en la serie Twin Peaks. Finalmente, Boxing Helena (titulada en España Mi obsesión por Helena) se estrenó sin pena ni gloria.