Al menos cuatro personas han muerto, entre ellas el presunto atacante, y 16 han resultado heridas, algunas de extrema gravedad, en un tiroteo en la base militar texana de Fort Hood, una de las mayores de Estados Unidos.

Por el momento, las autoridades no han hallado vínculos con el terrorismo, tal y como lo ha asegurado el teniente general estadounidense Mark Milley.

Milley informó en una rueda de prensa de que el autor del tiroteo, del que no se ha confirmado su identidad, sirvió como militar de combate en Irak en 2011 y se estaba medicando contra el estrés postraumático, aunque no se le había diagnosticado este transtorno.

Todas las víctimas son militares y el arma con el que fueron tiroteadas es una pistola del calibre 45 que no estaba registrada como exige la base militar, precisó Milley.

El soldado compró la pistola recientemente en la zona, donde vivía con su mujer y "su familia", y su identidad no será revelada hasta que se informe a sus seres queridos, añadió.

Según Milley, el atacante se medicaba por depresión, ansiedad y otros transtornos psicológicos, y los doctores estaban en proceso de diagnosticarle trastorno por estrés postraumático.

Añadió que hay "algunas informaciones iniciales" que apuntan a una discusión previa al tiroteo, pero subrayó que sólo las investigaciones en marcha aclararán las razones de la tragedia.

"En este momento no hay indicaciones de que este incidente esté relacionado con terrorismo, aunque no descartamos ninguna hipótesis", explicó el teniente general estadounidense.

El soldado, que había llegado a Fort Hood en febrero procedente de otra base, entró en un edificio de la base y abrió fuego, luego entró en un vehículo, hizo más disparos y después provocó más en otro inmueble del recinto.

Después, se disparó a sí mismo cuando fue interceptado por la policía militar, relató Milley.

La primera llamada de alerta fue a las 16.30 hora local (22.30 hora española) y media hora después las autoridades de la base lanzaron una alerta por Twitter para que todo el personal se refugiara y que sus operarios se movilizaran.

Agentes de la Oficina del Aguacil del condado, del FBI y del Departamento de Seguridad Pública de Texas acudieron a la zona para acordonar el perímetro de la zona, mientras que la policía de Waco (Texas) pidió a los centros públicos fuera de la base que permanezcan cerradas por precaución.

Advirtieron también a los militares de que cerraran puertas y se mantuvieran alejados de las ventanas, y a los estudiantes del campus de la zona de que evacuaran las aulas, según datos de la emisora local KTRK.

El personal militar de la base, encargado de la seguridad en el interior del recinto, siguió los protocolos que se reforzaron desde el tiroteo que ocurrió en un centro militar conocido como Navy Yard, en Washington, en septiembre de 2013, en el que hubo 13 muertos.

El secretario de Defensa para el Ejército, John McHugh, que se encontraba en el Congreso, dijo al tener noticias sobre el tiroteo que es una "tragedia", y abandonó de urgencia el Capitolio camino al Pentágono.

La base militar de Fort Hood es una de las más grandes del país y a ella llegan de regreso los soldados que han cumplido servicio en Afganistán. En noviembre de 2009, fue escenario de la matanza de trece personas que llevó a cabo un psicólogo militar musulmán.

Esta tragedia todavía reciente en la mente de los 53.400 habitantes de esta base, marcó las primeras reacciones políticas tras el suceso.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, desde Chicago, donde participaba este miércoles en varios actos, dijo que "cualquier tiroteo es preocupante. Obviamente éste ha reabierto el miedo por lo que ocurrió en Fort Hood hace cinco años. Estamos hundidos de que algo así quizás haya ocurrido de nuevo. No quiero comentar los hechos hasta que no sepamos exactamente qué ocurrió".

"No sabemos todavía qué es lo que ha pasado, pero obviamente la sensación de seguridad se ha vuelto a romper una vez más. Necesitamos saber exactamente qué ocurrió", añadió.

El secretario de Defensa, Chuck Hagel, declaró en una rueda de prensa en Hawai que se trata de "una tragedia terrible".

"Sabemos que hay muertos y heridos, pero no tenemos todos los detalles de los hechos, están bajo investigación", dijo el jefe del Pentágono, que aseguró que, "obviamente, cuando tenemos este tipo de tragedias en nuestras bases, eso quiere decir que algo no funciona".