Hijo de un narco halló documentos de Guardia Civil y dice que recibió llamada de Marruecos exigiendo dinero

Un guardia civil, testigo propuesto por defensa, sostiene que se acabaron las filtraciones cuando sargento del EDOA se fue de Melilla
Juicio en el que están implicados dos narcos y un agente de la Guardia Civil
Juicio en el que están implicados dos narcos y un agente de la Guardia Civil
EUROPA PRESS
Juicio en el que están implicados dos narcos y un agente de la Guardia Civil

Uno de los hijos de A.M.M., un presunto narcotraficante implicado en la operación 'Palmera' y al que se le juzga junto a otro acusados ambos de pagar a un guardia civil, sargento del Equipo de Delincuencia Organizada y Antidrogas (EDOA) destinado en Melilla en 2003, para que le facilitara información sobre una operación antidroga desarrollada en Almería ese año, ha asegurado este miércoles que su progenitor recibió una llamada telefónica, con prefijo de Marruecos, exigiendo dinero "de hoy para mañana".

Los dos hermanos han declarado este miércoles, en la tercera sesión del juicio con Jurado Popular que se celebra en la Audiencia Regional, que averiguaron, por la contabilidad de la empresa de la que eran propietarios, que había reintegros y movimientos de dinero que "no casaban con el día a día del negocio y él nos comentó que lo necesitaba".

Pero cuál fue la sorpresa de ambos cuando su padre le confesó que ese dinero que había mandado a ingresar en una cuenta bancaria, tres pagos de 3.000 euros cada uno y cuyos extractos constan como prueba en esta causa, eran para "pagar a un policía o un guardia civil".

En ese momento, los hijos del presunto 'narco' le advirtieron que esos pagos se habían acabado, "con las consecuencias que fuera". A preguntas de la fiscal antidroga, uno de ellos ha recordado que cuando iba de camino en el coche con su padre, éste recibió una llamada de teléfono "con prefijo de Marruecos, y le exigió dinero de hoy para mañana; tenía mucha prisa por recibir el dinero".

E incluso que una vez que su padre estaba en prisión, en la oficina de la empresa que tenían hallaron "papeles y fotografías, con el sello de la Guardia Civil en una de las esquinas de esos folios".

"Me amenazaron y amenazaron a mi familia con hacernos daño", ha relatado uno de ellos, quien ha recordado que cuando su padre estuvo en prisión, la empresa fue objeto de un robo y "nunca más se ha sabido".

Asuntos internos no accedió a la información

En el juicio también han prestado declaración cuatro agentes de la Benemérita con distinto rango y la esposa del sargento del EDOA al que se le juzga.

Un alférez de la Guardia Civil, por aquella época jefe directo del procesado, ha manifestado que estaba prohibido sacar información de una base de datos en la que se volcaban las investigaciones que se estaban realizando; algo que J.A.C., sargento del EDOA destinado en Melilla, confesó haber hecho con el pretexto de que había detectado conductas "irregulares" de sus mandos superiores y que trasladó a Asuntos Internos.

El alférez fue el encargado de hacer el registro en el domicilio de J.A.C., en el que encontró informes del mismo formato que los contenidos en esa base de datos. Previamente, las cámaras de seguridad de las oficinas de la Guardia Civil en Melilla captaron la imagen de J.A.C. entrando y saliendo de las mismas y portando una cámara de fotos, la misma en la que se encontró una fotografía del listado de teléfonos de los implicados en la operación 'Palmera', lo que resultaría ilegal, según este alférez, puesto que la pieza estaba bajo secreto de sumario.

"No tenía ningún sentido hacerle una foto a un listado, además de que se comprobó que la hora que aparecía en la foto coincidía con la hora en la que las cámaras de seguridad habían captado su entrada y salida a esas oficinas", ha relatado este agente, quien ha destacado que cuando se le interrogó sobre lo ocurrido, negó en todo momento haber sido él quien hizo la fotografía a ese listado confidencial, por lo que se solicitó la pérdida de confianza en el puesto que desempeñaba.

La nota curiosa de la jornada la ha protagonizado un testigo propuesto por el abogado Manuel Maza, que ejerce la defensa de J.A.A. Este agente del Cuerpo era el encargado de realizar los oficios de la operación 'Palmera' y constató, a través de las escuchas telefónicas, que los 'narcos' a los que investigaban sabían que la Guardia Civil iba tras su pista, algo que le llamó la atención por cuando estarían saliendo filtraciones de la Comandancia.

Tras coincidir con el alférez en que está prohibido sacar información de una investigación y llevársela fuera del lugar del trabajo, algo que realizó J.A.A., quien no ha ocultado que la trasladó desde su domicilio hasta el de su suegra, en Marruecos, este agente ha puesto de manifiesto que cuando J.A.A "salió de la Unidad, en julio de 2004, y se marchó de Melilla se solucionó el problema, y fueron detenidos en noviembre de ese mismo año los narcos".

También ha prestado declaración un guardia civil que por aquella época estaba bajo las órdenes del procesado. Ha corroborado que, como agente que trabajaba para Asuntos Internos, trasladó la información contenida en un disquete que le proporcionó J.A.A a sus superiores en el SAI (Servicio de Asuntos Internos).

"Me comentó que notó irregularidades en la Unidad donde trabajaba por la manera en que se llevaba la operación e incluso que en una operación faltaba droga", de manera que pasó toda esta información a Asuntos Internos, "lo establecido según en el protocolo". Sin embargo, dado que la causa estaba declarada secreta, Asuntos Internos "no accedió al contenido de ese disco que le había proporcionado este agente, puesto que era ilegal", algo que sí hizo esta persona, que recuerda haber visto un listado de teléfonos, pero que no coincidía con el extraído en la cámara de fotos perteneciente a implicados en la operación 'Palmera'.

Ha explicado que el teniente de J.A.A, según le contó éste, le ofreció "un cheque en blanco para que no hablara" y entonces le dije que "se fuera de Melilla, pero me dijo que por su honor se quedaría a defender la verdad".

Por último, ha declarado en el juicio la esposa del agente procesado, quien ha incurrido en una serie de contradicciones durante su interrogatorio a preguntas de la fiscal.

La mujer de J.A.A. ha acusado al teniente de ser el artífice de toda esta trama para involucrar a su marido; "venía morado a casa de las barbaridades que veía en su trabajo".

Ha justificado la apertura de la cuenta en donde se ingresaron los tres pagos de 3.000 euros cada uno porque estaba amueblando la casa y era para sus "caprichos", a lo que su madre y su tío, que vive en Francia, se ofrecieron a ello, por lo que creyó que los ingresos los había realizado este.

En su declaración inicial manifestó que ese dinero procedía de su tío, pero en la sesión de este miércoles ha indicado que previamente, cuando su marido fue detenido, éste le dijo que todo era obra del teniente.

La mujer del procesado, que ha informado en el juicio que no sabe ni leer ni escribir, ha asegurado en un primer momento que acudió al banco con su marido para abrir la cuenta, pero posteriormente, a preguntas del magistrado Juan del Olmo, ha respondido que la acompañó su prima.

Modificación del escrito de la fiscal

Para la fiscal, los hechos son constitutivos de un delito de cohecho para los tres acusados, con la atenuante de dilación indebida en el tiempo y para los dos narcos, además, la de confesión.

Así, ha modificado su escrito y ha reducido las penas. Para el guardia civil, la pena pasa de cinco años a dos años y cinco meses de prisión, una multa de 42.000 euros con arresto sustitutorio en caso de impago de cinco meses, inhabilitación para empleo y cargo público por siete años y no de nueve, como inicialmente estaba previsto.

Para A.M.M reduce la pena de dos años a ocho meses de prisión y multa de 9.000 euros; mientras que para J.L.G.V., reduce la pena de un año y nueve meses de prisión a solo siete meses y multa de 1.000 euros.

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