El consejero de Educación del Gobierno de Canarias, José Miguel Pérez, ve "complicado" repartir la comida que sobre de los comedores escolares. Es más, ha advertido que sacar comida de un centro educativo, sanitariamente hablando, "ahora es imposible".

Así lo ha señalado en una rueda de prensa al ser preguntado por una propuesta aprobada ayer en el Parlamento de Canarias para que la comida que no se utilice en los comedores de los colegios pueda distribuirse entre las familias de los centros o personas que lo necesiten.

Según José Miguel Pérez, "en general no sobra un volumen de comida suficiente para generar un sistema homogéneo, estable y regular de trasvase de supuesta comida sobrante a otros fines", y añadió que la comida que sobra un día corriente se debe a los alumnos que no han asistido al comedor, algo que, dijo, "no es fácil de prever".

Además, apuntó que, salvo excepciones, es "imposible" planificar con "exactitud meridiana" de un día para otro cuántos alumnos van a faltar al comedor y, por tanto, cuántos menús no van a ser consumidos.

Por otro lado, el consejero también ha cuestionado la viabilidad de la propuesta desde el punto de vista sanitario, ya que en los comedores escolares hay un control "muy exhaustivo" y, por tanto, "no es fácil que los mecanismos de control sanitario puedan flexibilizar estas cuestiones".

En cualquier caso, José Miguel Pérez se ofreció a hablar con la Consejería de Sanidad por si existe "alguna posibilidad" de poner en marcha esta iniciativa, pero insistió en que los comedores están sometidos a unos controles que, aseguró, son "fuertes".