La representante para la Libertad de Prensa de la OSCE, Dinja Mijatovic, ha expresado su preocupación por la "violencia e intimidación por parte de policías contra periodistas" que cubrían las protestas del pasado 29 de marzo en Madrid y ha instado al Gobierno a abrir una "investigación en profundidad sobre estos ataques".

"Cualquier intento de intimidar o atacar a periodistas es una clara violación del derecho a la libertad de los medios y no puede tolerarse", ha dicho Mijatovic, según un comunicado de esta organización internacional.

La OSCE (Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa) se basa en las informaciones de los medios electrónicos eldiario.es y periodismohumano.com y en las denuncias de la Asociación Nacional de Informadores Gráficos de Prensa y Televisión, la Federación de Sindicatos de Periodistas de España y la Federación de Asociaciones de Periodistas de España, según las cuales agentes de policía atacaron a periodistas que se habían identificado claramente como tales.

La ANIGP-TV recordó en un comunicado que, además de la seguridad, "las autoridades deben también garantizar otros derechos como la libertad de información y que este tipo de agresiones y violencia contra los informadores conculca el derecho de los ciudadanos a contar con una información veraz". Por su parte, la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) se limitó a decir que era ANIGP-TV la que debía pronunciarse al respecto.

Los periodistas son Gabriel Pecot, Mario Munera y Juan Ramón Robles de eldiario.es, William A. Criollo (freelance) y Raul Capin de Diario Independiente Digital (DID) y Mundo Obrero. Mijatovic ha subrayado además la importancia de la seguridad de los periodistas, puesto que es una premisa básica para el ejercicio del derecho a la información y para unos medios de comunicación libres y democrático.

Por otra parte, la presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, ha criticado a través de su cuenta de Twitter a "esos señores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) que vigilan a la Policía como si España fuese "una república bananera".