"Cartas de amor a la ciudad", los grafitis del artista urbano y comunitario Stephen Powers

  • Uno de los más veteranos y respetados grafiteros de los EE UU, Powers —cuyo primer 'tag' fue ESPO— entiende que el arte urbano es un "servicio público".
  • "El grafiti es una señal desde la periferia de la comunidad hacia el centro", dice el artista, cuyo trabajo "limpia" los lugares urbanos castigados o abandonados.
  • Un libro reúne buena parte de sus obras monumenales y críticas en varias ciudades estadounidenses, irlandesas, brasileñas y sudafricanas.
"Pagué el recibo de la luz sólo para ver tu cara", grafiti de Stephen Powers en una zona industrial deprimida de Siracusa (Nueva York)
"Pagué el recibo de la luz sólo para ver tu cara", grafiti de Stephen Powers en una zona industrial deprimida de Siracusa (Nueva York)
Foto: Adam Wallacavage - Courtesy Princeton Architectural Press
"Pagué el recibo de la luz sólo para ver tu cara", grafiti de Stephen Powers en una zona industrial deprimida de Siracusa (Nueva York)

El arte urbano, dice Stephen Powers (1968), es un "servicio público" que "limpia" los lugares castigados, abandonados o dejados de lado por la ceguera del urbanismo. Pero también, precisa, contiene un valor mucho más radical que lo meramente estético o reparador: un mensaje de atención, un tirón social de orejas, una llamada pública que repite un aquí estamos para que los poderosos no se crean indemnes.

"El grafiti es una señal desde la periferia de la comunidad hacia el centro", añade uno de los más respetados de los veteranos grafiteros de la generación que tuvo que vérselas con las normativas locales absurdas que admiten la degradación social y arquitectónica urbana pero castigan una pintada en la pared y alientan la persecución policial y el consiguiente hostigamiento. "El servicio es nuestro único producto", es el lema de Powers, que empezó tageando Nueva York con las siglas ESPO (Exterior Surface Painting Outreach, algo así como pintura de alcance en superficies exteriores).

Obras completas

El arte callejero de Powers desde los años noventa aparece ahora compendiado por primera vez en un libro. A Love Letter to the City (Una carta de amor a la ciudad), publicado por la editorial Princeton Architectural Press [180 páginas, 140 ilustraciones a color y un PVP de 24,95 dólares], es una suerte de obras completas que abarca piezas y murales en Nueva York —territorio donde el grafitero se bregó después de licenciarse en Bellas Artes y donde también puso en marcha la pionera revista de arte urbano On the Go—, muchas otras ciudades de los EE UU, las irlandesas Dublín y Belfast, la brasileña São Paulo y Johannesburgo (Sudáfrica).

Combinando el activismo y el arte público, Powers y su crew (equipo) de colaboradores para trabajos de amplitud o encargos comunitarios, ICY —su lema es "la perfección es el estándar, por los errores cobramos un extra"—, han creado murales de dimensión monumental que destacan por la crítica conmovedora, sincera y amable aunque no por ello menos afilada. Los mensajes que pintan reflejan las esperanzas y los sueños de los barrios donde trabajan y de los habitantes de estos, que siempre son informados de las intenciones de los artistas, consultados sobre los mensajes y reclutados como ayudantes para materializar las obras.

"Pagué el recibo de la luz solamente para ver tu cara"

En los puentes industriales construidos en Siracusa (Nueva York) en los años cuarenta, cuando la ciudad era sede de grandes industrias ahora en decadencia o cerradas, Powers pintó lemas de nostalgia y rabia con enormes letras de tamaño adecuado para las grandes, austeras y fiables estructuras metálicas. "No hacer nada lo es todo si estoy contigo", dice uno de los murales. "Pagué el recibo de la luz solamente para ver tu cara", añade otro. "Ahora que estamos aquí, nada más importa", añade un tercero. "Aprendí a pintar letreros como lo hacían en el pasado, pero esta vez he usado las letras y los colores de ayer para hablar sobre el amor y la vida en vez de hacerlo sobre las preocupaciones comerciales", dice el artista.

El libro también incluye murales en Belfast para convertir las inumerables pintadas sobre el odio derivadas de la ocupación militar inglesa en mensajes positivos; lemas demandando cambios vitales en Filadelfia: "Las drogas llaman a las drogas. Las armas matan a tus hijos. El amor construye amor. Tú decides"; "Abrázame como yo abrazo al ladrillo"; "Sólo te necesito a ti... y un par de zapatos nuevos"...; un montaje en Coney Island sobre la cárcel alegal de Guantánamo y contra las torturas en los EE UU... En todos los casos las muchas imágenes que aparecen en el libro llevan aparejados testimonios de los vecinos que se implicaron en los proyectos.

"Me sigo considerando la voz del gueto"

Powers, dice Peter Eeley en el prólogo del libro, "es un viajante de comercio para el desarrollo social que se dirige a pie a los lugares donde quiere intervenir, toca a las puertas, explica sus ideas y deja que los demás las modifiquen". El grafitero, que en 1999 fue detenido por la policía por orden directa del entonces alcalde de Nueva York Rudolph Giuliani, confiesa que los ideales radicales siguen siendo los mismos, pero ha cambiado la forma de acción: "He aprenido a hacer grafitis eficaces realizados como un servicio comunitario también eficaz (...) Me sigo considerando, como decía aquella pintada, la voz del gueto".

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