Hasta que llegó la adolescencia Anna Vives se veía igual que sus dos hermanos (son trillizos). Fue al llegar la adolescencia cuando se dio cuenta de que era diferente; desde entonces hasta hoy no hay día que no le pregunte a su madre si al día siguiente dejará de ser, como ella dice, "Down".

Su madre, así lo narra a 20 Minutos la protagonista de la historia y ahora también autora del libro Si crees en mí, te sorprenderé (Planeta), insiste en resaltar todo lo bueno que sí tiene. No obstante, no le esconde la verdad: "Siempre serás Down".

"Soy muy feliz" dice Anna, que ha estado acompañada de Vicente del Bosque en la presentación de su libro, y cuyo peor momento lo vivió cuando empezó a trabajar en un supermercado (al que llama literalmente: "una sauna") recogiendo cestas y carros.

Aquel trabajo inicial en el que tantas esperanzas había depositado Anna fue una dura experiencia. "Estaba muy triste" cuenta su hermano mayor Marc, que no se separa casi de ella."Es que no había compañeros" le interrumpe Vives. "Para ella es muy importante el compañerismo. Entonces decidimos que trabajara en la Fundación Intinerarium, y descubrimos que su letra era muy especial". Tanto que se ha creado una tipografía con ella.

Una tipografía que nació de un "no proyecto": no sabían qué podía hacer Anna en la Fundación. Primero aprendió mecanografía, y cuando ya no cometía fallos, empezó a escribir en un papel, y descubrieron que era una letra muy hermosa. Ahí nació la tipografía que lleva su nombre.

Un proyecto que ha recibido apoyo de conocidos deportistas, como Andrés Iniesta (que es además padrino del proyecto). De él dice Anna: "Es mi favorito y es el primero que me apoyó". También Jorge Lorenzo o Vicente del Bosque se cuentan entre las filas de sus valedores.

Anna es hoy, y así se siente y lo dice en alto delante de quien sea, alguien 'famoso': "Es que soy famosa". Usa su popularidad para que la gente les dé más oportunidades, sobre todo la oportunidad de trabajar, fundamental para no sentirse excluidos.

Su libro es el relato de todos los peldaños que ha tenido que subir para ser feliz. Una lección además muy útil para esa meta que reclama su hermano: "Queremos que se llegue a una integración total. Que las empresas se comprometan, que ya verán cómo no les van a fallar. Tenemos que intentar ser una sociedad más inclusiva".

Antes de terminar la conversación, Anna nos dice lo que le gustaría que la gente leyera en este diario. Éstas son las dos palabras que pronuncia: "Sumando capacidades".