Un año de Francisco: un papa reformista y con casi todos los cambios todavía pendientes

  • Jorge Mario Bergoglio cumple su primer aniversario como sumo pontífice, con buena parte de las reformas y cambios culturales prometidos aún pendientes.
  • El Santo Padre se ha mostrado especialmente crítico con la desigualdad económica, los desahucios, la usura y el reparto ineficiente de los alimentos.
  • Pese a los avances en la exigencia de responsabilidades por los casos de pederastia, la ONU acusó al Vaticano de poner a los menores en "alto riesgo".
  • VOTA EN LA LISTA: Diez frases de su primer año al frente del Vaticano.
El papa durante una audiencia con la Curia romana.
El papa durante una audiencia con la Curia romana.
EFE
El papa durante una audiencia con la Curia romana.

Se cumple un año de Francisco. Este jueves 13 de marzo se celebra el primer aniversario desde el nombramiento de Jorge Mario Bergoglio como sumo pontífice de la Iglesia católica. El nuevo papa, el primero de origen latinoamericano, llegó al poder tras la marcha de Benedicto XVI, que había renunciado de su cargo por no verse con la capacidad de liderazgo ni la presencia necesarios para el puesto.

"Habemus Papam Franciscum". Hace un año se encumbraba a un cardenal del que apenas se sabía que era jesuíta, químico de formación e hincha futbolístico del San Lorenzo de Almagro. En apenas 365 días, el papa Francisco ha dado muestra de un fuerte carisma y de sus intenciones reformistas. Como muestra de su popularidad, el papa es líder en las redes sociales y ya forma parte de los candidatos para ganar el premio Nobel de la Paz. No son estos sus únicos logros: en España su efecto ha conseguido más simpatía por el Vaticano, mientras que las revistas Rolling Stone y Time le han dedicado sendas portadas —esta última le ha nombrado personaje del año— por ser símbolo de una nueva forma de gestionar la Iglesia.

Y es que Francisco "es un papa que generó muchas esperanzas desde el primer momento, y que rompió moldes. Ha roto la imagen que hasta ahora se tenía de unos papas estáticos y ha demostrado tener un discurso en sintonía con los problemas de la sociedad", tal como explica Juan José Tamayo, director de la cátedra de Teología y Ciencias de las religiones de la Universidad Carlos III de Madrid.

El sumo pontífice, un "gran pecador" que ha manifestado no haber sido nunca "de derechas" ni sentirse ofendido por ser llamado marxista, sí que se ha mostrado "comprensivo con la diversidad, con las situaciones a raíz de la crisis, con la inmigración. Ha supuesto un cambio importante respecto a Benedicto XVI, por lo menos en el terreno del discurso", señala este académico, para quien el primer aniversario de Bergoglio no solo ha generado esperanza, sino también un buen número de incógnitas.

Una reforma aún por emprender

Sin ser ningún revolucionario, el papa Francisco sí ha mostrado su voluntad inequívoca de emprender reformas que modernicen la Iglesia Católica y la acerquen a la sociedad. Ha defendido en repetidas ocasiones sus intenciones, si bien existen dudas acerca de cómo emprenderá estos cambios. "No sé si está empleando los medios más adecuados. Más bien, no, porque por ejemplo, en su círculo más cercano de colaboradores no cuenta ni con teólogos ni con mujeres", lamenta el profesor Tamayo.

En opinión de este académico, Bergoglio debería "cambiar de compañías, amigos y colaboradores" para favorecer que su discurso reformista se concrete. Y es que sigue pendiente cualquier tipo de novedad, por ejemplo, respecto a la mujer, de la que dijo sentir "sufrimiento" cuando ve cómo su papel en la Iglesia se limita a la servidumbre. Habló de una "reflexión" por parte de todo el universo eclesial, si bien apenas se han producido avances: "Quiere reconocerle más participación, pero no le está dando cauces y le niega el acceso al ministerio, entre otras funciones", añade.

El sumo pontífice ha clamado por una reforma constante y ha criticado en numerosas ocasiones el 'vaticano-centrismo' de la Curia, a la que acusó de "ver y ocuparse de los intereses de Roma y olvidarse del mundo que le rodea". Sin embargo, y a pesar de que conminó a los miembros de la Iglesia a escuchar las necesidades y desilusiones de las bases e incluso de los no creyentes, su círculo de confianza se ha mantenido inmóvil: Entorno a obispos y cardenales.

Control a la banca

Entre las claras aportaciones del papa Francisco está un mayor control a la banca vaticana y nuevas normas para evitar escándalos financieros en sus dominios. Así, en agosto aprobó la puesta en marcha de nuevas normas legales para la prevención del blanqueo de dinero, la financiación del terrorismo y la proliferación de armas de destrucción masiva. Este pontífice, enemigo del liberalismo económico, ha impuesto así mayores controles tanto a los movimientos de capitales como a la banca.

En apenas tres meses tras llegar al poder, Bergoglio designó una comisión destinada a analizar las actividades del Banco Vaticano. Su objetivo: recopilar datos e información para dar a conocer lo más fielmente posible su situación financiera. En su particular cosmovisión, el papel de las entidades de crédito siempre ha de estar supeditado a las personas: "No es cristiano que una familia no coma por tener que pagar préstamos a los usureros", pr0clamó el pasado mes de enero.

Una de las obsesiones del papa no solo es ser, sino parecer austero. Es una de las exigencias que siempre repite en sus discursos. En esta línea, hace apenas dos semanas Francisco dio carta de naturaleza al nuevo Ministerio de Economía vaticano, encargado de llevar las cuentas del Estado. Entre sus funciones, aprobará un presupuesto anual para la Santa Sede y desarrollará su planificación financiera.

Más 'liberal' con los homosexuales

La familia tradicional y la decadencia de las viejas costumbres eran algunos de los temas predilectos tanto de Benedicto XVI como de los anteriores pontífices. No para Bergoglio, que en todo caso se ha mostrado comprensivo y humilde a la hora de juzgar otras formas de vida, si bien sí que ha criticado el llamado lobby gay, que según él hace promoción de esa tendencia.

En vez de una visión reaccionaria, contraria a aceptar las nuevas formas de vida, el sumo pontífice se ha mostrado dispuesto a afrontar lo que él llama "nuevos desafíos" en el terreno educativo y social. El papa no quiere ir a contracorriente, por lo que ha enviado cuestionarios a los católicos respecto a temas como el matrimonio homosexual y el divorcio, con el fin de conocer el pulso de sus fieles.

Criticado por su tibieza con la pederastia

Otro de los asuntos más polémicos en los que se ha visto envuelta la Iglesia Católica han sido los casos no denunciados de abusos a menores y pederastia. Pese a que Francisco ha reformado el código penal vaticano para reforzar las sanciones por estas prácticas y a que cesó al obispo irlandés que encubrió a uno de los curas pederastas, la realidad no ha mostrado una voluntad rotunda de aclarar este escándalo.

Y es que la ONU ha publicado recientemente un duro informe en el que acusa al Vaticano de seguir poniendo a los menores en "alto riesgo de abuso sexual", tal como informó el diario El País. La Iglesia mantuvo, durante la investigación de Naciones Unidas, una actitud poco transparente, y fue acusada de no presentar la información requerida.

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