Gómez Bermúdez, el juez del 11-M: "La justicia jamás cierra un asunto mientras haya fugados"

  • El magistrado que presidió el tribunal del 11-M hace balance del caso y de la sentencia que dictó diez años después de los atentados.
  • Asegura que el tema de los explosivos, que tantas dudas han generado en algunos medios, es el aspecto más claro del 11-M.
  • Reitera que ha tenido presiones y que sabe de quién procedían, y sigue sin darle ninguna importancia a la teoría de la conspiración.
  • Especial diez años del 11-M.
El juez de la Audiencia Nacional Javier Gómez Bermúdez
El juez de la Audiencia Nacional Javier Gómez Bermúdez
Jorge Paris
El juez de la Audiencia Nacional Javier Gómez Bermúdez

Javier Gómez Bermúdez, magistrado de la Audiencia Nacional, es ya historia de este país. Presidió el tribunal que dictó la sentencia del 11-M, el mayor ataque terrorista en la historia de España. Este martes se cumplen diez años de la masacre. El magistrado hace balance. Y lo hace sereno, convencido de que él y su equipo hicieron un buen trabajo, con cierta autocrítica y desdeñando la teoría de la conspiración: "También hay un porcentaje de estadounidenses que cree que Elvis sigue vivo".

¿Cómo recuerda el 11 de marzo de hace 10 años?

Lo recuerdo como un shock absoluto. En aquella época solía ir al gimnasio por la mañana. Tenía la radio puesta. Al oír aquello, te paraliza. ¿Qué ha ocurrido? Ni gimnasio ni nada. Me vine a la Audiencia Nacional. Las primeras noticias hablaban de decenas de muertos. ¿Esto qué es?, ¿Un ataque?

Y todo el mundo pensó entonces en ETA.

En ese primer momento no creo que no hubiera nadie que no pensara que había sido ETA. En ese primer momento, cuidado. Yo, por ejemplo, había sido el ponente de la sentencia por los atentados del tren de Chamartín del 24 de diciembre [de 2003], y ahí ETA había colocado 50 kilos de explosivos. Entonces mi primer pensamiento fue que era lo mismo, pero que esta vez lo habían conseguido. La maleta que colocó ETA en ese tren no podía haber estallado nunca porque el temporizador tenía las pilas gastadas. Para que luego se diga que eso es impensable, que una banda como ETA, una profesional del asesinato, tenía un temporizador con las pilas gastadas, qué curioso…

Diez años es tiempo suficiente para proporcionar una amplia perspectiva. Ha pasado una década desde los atentados y más de seis años desde que su tribunal dictara sentencia. ¿Su visión del juicio y de la misma sentencia ha evolucionado en todo este tiempo?

Sí, pero ha evolucionado a mejor. Ahora pienso cómo pudieron salir las cosas tan razonablemente bien. En la situación en la que tuvimos que trabajar, con un país dividido, los medios de comunicación divididos, la opinión pública dividida, los políticos divididos. Creo que salió razonablemente bien o muy bien.

¿Dictaría la misma sentencia diez años después?

Lo único que haría es mejorarla en cuanto a la técnica. Pero estábamos limitados por el tiempo. Esto a veces se olvida. Se dictó en un tiempo récord. El tribunal trabajo durísimo. No parábamos. Cada día había un problema.

Entonces, en esencia, la misma sentencia.

En algunos aspectos le mejoraría técnicamente. Por ejemplo, explicando más algunas cosas que luego llevó a que en casación se absolviera por pertenencia a banda armada, no por el 11-M, ahí se confirmó íntegramente, a alguna persona, que si lo llegamos a explicar mejor en Casación no lo hubieran tocado. [En julio de 2008 el Tribunal Supremo revisó la sentencia y dejó en libertad a cuatro de los condenados, rebajó la pena a otros seis, condenó a uno de los que fueron absueltos y confirmó la sentencia en todo lo demás].

Ha dicho reiteradamente que recibió todo tipo de presiones. ¿Quiénes presionaron al tribunal?, y ¿por qué?

Yo sé quién hablaba conmigo e intuyo quien estaba detrás de ese quién. Pero en realidad el que estaba detrás de ese quién nunca se me decía explícitamente. Lo intuyo porque es obvio. Pero esto es indiferente, porque no era una amenaza directa. La presión era algo más sutil. “Eres consciente de lo que tenéis entre manos”. Era una presión psicológica. “Fíjate tú lo importante que es este asunto”, cómo si no lo supieras ya.

¿Llegó a tener miedo?

Miedo, en absoluto. El tribunal estaba blindado. Acumulaba una experiencia muy grande. Era un tribunal muy curtido. Hubo una serie de vicisitudes, varios magistrados que integraban el tribunal original se marcharon de la Audiencia, y por régimen de sustituciones, coincidió que entraron los presidentes de las secciones segunda y tercera y yo, que era el presidente de la sala. Y así tuvimos suerte. La imagen fue de un tribunal fortísimo. Y era un tribunal reconocidamente conservador, que en el momento tuvo su interés.

¿El 11-M es un caso cerrado?

La justicia jamás cierra un asunto mientras haya fugados. Mientras los haya, seguiremos ahí, mientras no prescriban los delitos. Hace tres años juzgamos a un miembro de ETA que llevaba 28 años fugado. Es decir, nosotros no paramos, pero eso no tiene nada que ver con la mal llamada autoría intelectual. Lo que ocurre es que en este caso, lo que puede parecer un suceso más, se transforma en una rémora, y es que siete de los integrantes de la célula que comete los atentados se suicidan. Y Ahí hay una falla, y es que es imposible saber hasta qué punto jugaron un papel u otro. Otros dos o tres se fugan. Dicen los servicios de inteligencia que han muerto luego en zonas de conflicto, concretamente Ouhnane que es uno de los personajes más característicos porque fue reconocido como uno de los que colocó bombas en los trenes. Claro, la verdad absoluta, primero no es objeto del proceso penal, y segundo no la tenemos. Es evidente que no se tiene.

[El juez Gómez Bermúdez se refiere a Daoud Ouhnane, que estuvo en los 'trenes de la muerte' el 11-M. Su huella dactilar fue hallada en la Renault Kangoo aparcada el día de los atentados ante la estación de Alcalá de Henares. Se le considera muerto durante un enfrentamiento con efectivos militares de la coalición en Irak].

El juez Javier Gómez Bermúdez en su despacho de la Audiencia Nacional.

Los explosivos usados en los atentados fueron y siguen siendo tema de polémica. Goma Eco 2, Goma EC, Titadyn, el papel del comisario Sánchez Manzano... ¿Ha quedado demostrado claramente este asunto?

Dudas podrá tener quién quiera, pero el tema de los explosivos es el más claro del 11-M. No queda duda. Lo ha reconocido Trashorras [el exminero condenado por suministrar los explosivos] en el recurso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, ha reconocido por escrito que suministró casi 200 kilos de Goma 2, lo ha reconocido a las víctimas en los encuentros de un programa de rehabilitación, lo ha reconocido al tribunal por escrito, está demostrado por no menos de 50 ó 60 pruebas diferentes, tenemos hasta el ticket de las mochilas que se compraron en un supermercado, tenemos la declaración de la vendedora de las mochilas… No hay ninguna duda de que los explosivos salen de Mina Conchita y Mina Arbodas, que proceden de Asturias, y que son una dinamita plástica, dinamita Goma. Ponerle nombre se le pudo poner porque se encontraron cartuchos en Leganés, se encontró resto en la Kangoo y se encontraron otras evidencias. El tema de los explosivos no ofrece absolutamente ninguna duda. Los detonadores que encontramos eran especiales, se usaban en Mina Conchita y en Mina Arbodas. No hay dudas.

¿Por qué entonces este tema ha generado tantas dudas?

Eso será cuestión del que lo quiera ver así. El tema de los explosivos conduce a una segunda falacia, y es que si no es Goma 2 es ETA. ¿Y eso por qué? Entre otras cosas, porque ETA usó durante muchísimo tiempo Goma 2. No, es que es Tytadine… ¡Pero si Tytadine es una marca comercial! Tenemos siete informes periciales que dicen que ETA no tuvo nada que ver. Informes hechos por la Policía que en ese momento estaba en la cúpula, al servicio de los ciudadanos, no una policía sustituida que manipule los informes. Le ruego a la gente que se lea las 50 páginas vitales de la sentencia en las que se explica todo.

Diez años después sobrevive la teoría de la conspiración.

Hay un porcentaje sorprendente de estadounidenses que dice que Elvis vive. Las teorías de la conspiración consisten en eso, están sociológicamente muy estudiadas. Como los que dicen que no hemos ido a la luna, que es un montaje. Que España sufriera un atentado como el que sufrió, y que en un tiempo récord se hiciera la investigación que se hizo, eso no ha ocurrido jamás. Es verdad también que tuvimos suerte, que fue que uno de los tres artilugios explosivos que no se detonaron en los trenes porque fallaron se encontró entero y se pudo extraer la famosa tarjeta y de ahí ya la investigación progresó muy rápido. Pero la suerte hay que trabajarla y tener mucha paciencia.

¿Cómo afecta a las víctimas la teoría de la conspiración?

No sé si la teoría de la conspiración se ha superado o no, pero percibo que cada vez hay menos gente que dude que, al menos lo que estaba sometido a la justicia, está claro. Luego hay un mecanismo psicológico que tenemos que entender. Un hecho tan brutal como este hace que psicológicamente algunas víctimas y ciudadanos bienintencionados piensen que es imposible que me hayan matado a mi hijo, a mi padre y a mi mujer un grupo, entre comillas, de desarrapados. Hay que tener respeto por esto. Es casi un mecanismo de defensa.

Ocho de los condenados ya están libres. ¿Fueron todas las condenas proporcionales al daño causado?

Respecto a las pruebas que teníamos, claro que sí. Se impusieron condenas muy fuertes. Por ejemplo, a Hasan el Haski se le condenó como dirigente del Grupo Islámico Combatiente Marroquí a 14 años de prisión, que es la máxima pena que prevé la ley. A Belhadj a doce años, porque no teníamos pruebas de su implicación en el 11 de marzo, pero sí de que eran terroristas cualificados. Es que el juicio del 11-M no solo fue el 11-M en sí, es que a raíz de su investigación se pudo detener a importantísimos miembros de grupos terroristas, en Bélgica, en Lanzarote...

El último libro del investigador Fernando Reinares asegura que la motivación del 11-M no fue la participación de España en la guerra de Irak, sino en la venganza de una célula yihadista por la detención en 2001 de otra célula, la de Al Qaeda en España. ¿Qué le parece este argumento?

No sé qué fuentes ha manejado, habrá que leer al libro. En el proceso no se investiga quién ideó el atentado, en el sentido de que no teníamos ninguna prueba de si hubo un inductor. Es que el famoso autor intelectual no existe en derecho penal. O es inductor, o es autor material, o es cooperador necesario o es cómplice, no hay más. Los servicios de inteligencia apuntan a gente de ese nivel, como Amer Azizi, pero hay también quién habla de Mustafá Setmarian, número 3 de Al Qaeda.

¿Ha pagado usted un precio personal y profesional por este juicio?

Todo lo que he sacado es positivo en el plano personal. En el profesional, hay quien dice si esto me costó la presidencia de la Sala de lo Penal. Yo creo que no. Te la renuevan o no por un montón de factores metajurídicos, que tienen que ver con las formas de gestionar que pueden gustar más o menos al poder establecido.

Pero esas presiones que usted ha reconocido que existieron, acaso políticas, pudieron influir en su carrera judicial

Hay todo tipo de presiones, no solo son políticas. La forma normal de presionar a un juez es a través de los medios de comunicación, que no quiere decir que las presiones fueran de los medios. Había presiones directas, de amigos, conocidos, cargos judiciales que te llamaban para preguntar cómo va esto… No somos tontos. Si en un momento en el que estás resolviendo un asunto como este te llama X y te dice: "oye, ¿habéis caído en lo importante que es el tema de los explosivos?" Vaya forma más tonta de llamarnos la atención. Lo que pasa es que nos daba exactamente igual. Torcer a Alfonso, a Fernando, y a mí era muy difícil. [Alfonso Guevara y Fernando García formaron el tribunal del 11-M junto a Gómez Bermúdez]

Pero la ecuación puede ser sencilla. Si hay presiones, y no las consiento, puede haber luego venganza por no haberme rendido a esas presiones.

No, eso no lo valoro, pero lo que sí digo con toda claridad es que el Estado ha sido muy poco generoso con los funcionarios, no con el tribunal, que no quiere nada, sino con los cinco funcionarios que llevaron el peso del proceso, con un montón de policías, de guardias, de subalternos que trabajaban día y noche sin pedir nada a cambio, con sacrificio personal y familiar. En cualquier otro país les hubieran hecho ya un monumento a mis cinco funcionarios. Echo de menos en mi país, que a veces las instituciones sean tan poco generosas con los más humildes.

Las asociaciones de víctimas parece que ahora van a hacer un acto conjunto después de varias años. Algunas asociaciones se quejan de que son discriminadas respecto a otras.

No sé en qué condiciones están unas asociaciones u otras. Hace mucho tiempo que ya no tengo una relación directa con las víctimas. Y eso que yo monté la oficina de atención de víctimas, en el sentido de atención personalizada. Ahora hay una oficina formal, burocrática... Estoy desconectado. Las víctimas puedes discrepar unas de otras, pero en el fondo tienen un punto de unión que es muy fuerte, y es eso, que son víctimas. Y el hijo de Pilar Manjón y la hija de Ángeles Pedraza son al fin y al cabo dos asesinados. Y eso une. [Pilar Manjón preside la Asociación 11-M Víctimas del Terrorismo y Ángeles Pedraza la Asociación de Víctimas del Terrorismo].

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