Artista de la música y artista de la promoción. La imaginación de Jay Kay, cantante de Jamiroquai, a la hora de presentar sus discos está llegando a límites insospechados.

Si en Barcelona se lanzó a la calle como un vendedor ambulante, ayer llevó a cabo un concierto a bordo de un avión a 30.000 pies de altura.

Sólo unos pocos afortunados fans pudieron disfrutar del evento, después de resultar ganadores en un concurso.

El avión, que partió del aeropuerto de Munich, fue preparado especialmente para la ocasión: se retiraron varias filas de asientos y se instaló un escenario en la parte delantera.

Tras el despegue, Jay Kay apareció ante sus fans y cantó algunas de sus últimas canciones en pleno vuelo.

Los seguidores, eso sí, tuvieron que conformarse con moverse de cintura para arriba, ya que debían permanecer sentados en sus asientos durante el concierto.

El vuelo les llevó a un aeropuerto secreto de Europa. Desde allí, los fans fueron trasladados a un hotel donde asistieron a una nueva actuación del cantante, esta vez con su banda al completo.

Y tras el concierto, fiesta toda la noche para poner el colofón perfecto al viaje que todo fan soñaría.