Recuperan el archivo fotográfico desde los años treinta de un hospital psiquiátrico francés

  • Centenares de cajas con imágenes de la vida diaria de los internos en el Hospital de Picauville, en Normandía (Francia), fueron entregadas a dos documentalistas.
  • El archivo contiene imágenes cotidianas de los enfermos y las monjas que los atendían, fotos de excursiones a la playa, meriendas, visitas a atracciones...
  • Una selección de la extraordinaria colección se expone en París.
Baile de disfraces en el psiquiátrico de Picauville
Baile de disfraces en el psiquiátrico de Picauville
Photographe inconnu - Archives Fondation Bon-Sauveur
Baile de disfraces en el psiquiátrico de Picauville

Centenares de fotografías de la vida diaria en un hospital psiquiátrico, desde las actividades banales —tomar el sol en el patio, comer, una partida de petanca— hasta las extraordinarias —una fiesta de disfraces, excursiones a la playa, meriendas en el bosque...—. Con ese material, alojado en desorden y sin información en cientos de cajas de cartón, se encontraron el fotógrafo Mathieu Pernot y el historiador Philippe Artières cuando se hicieron cargo en 2010 del archivo fotográfico del pequeño hospital psiquiátrico de Picauville, en la Normandía francesa.

Cuando aceptaron el encargo de la Fundación Bon Sauveur —de la congregación religiosa que regentaba el hospital— el par de documentalistas no sospechaba que se iban a encontrar con un "tesoro enterrado". El archivo contenía documentación desde los años treinta del siglo XX hasta la actualidad, un material que permite trazar la detallada historia del psiquiátrico situado cuarenta kilómetros al sur de Cherburgo, uno de los varios que eran atendidos y administrados por las Filles du Bon Sauveur (Hijas del Buen Salvador), una orden de monjas fundada en el siglo XVIII y dedicada sobre todo a la atención de enfermos mentales.

"Mantener el recuerdo"

Dado que el hospital de Picauville estaba destinado a la demolición, la fundación deseaba "encontrar una manera de mantener el recuerdo" del centro y pidieron ayuda a Le Point du Jour, un centro de arte y ediciones de Cherburgo, quienes se pusieron en contacto con los documentalistas.

"No sabíamos exactamente qué esperar, pero nos dijeron que el departamento audiovisual tenía una colección de viejas fotos y películas, pacientemente recopiladas por Léon Faligot, una enfermera de la Fundación (...) Cuando vimos por primera vez estos cientos de fotografías desde 1930 hasta nuestros días almacenados en cajas de cartón supimos de inmediato que habíamos tropezado con un tesoro enterrado", recuerdan Pernot y Artières.

Desde retratos de identidad hasta postales

La mayoría de las fotos carece de título, fecha o detalle del autor o el tema, pero la colección es sumamente variada y da un inusual testimonio "no sólo la vida de una institución, sino de todas las formas en que la fotografía puede ser utilizada", desde retratos de identidad, arquitectónicas o médicas, hasta imágenes de recuerdo de las vacaciones, recortes de prensa y tarjetas postales. Una amplia selección de esta extraordinaria colección que abarca casi un siglo de la vida y pormenores de un hospital psiquiátrico se expone, hasta el 11 de mayo, en L'asile des photographies (El asilo de las fotografías), en la galería parisina La Maison Rouge, que celebra con la muestra sus diez años.

Los archivistas se percataron bien pronto de que no estaban ante un ejemplo de fotos sobre el devenir de la psiautría, sino ante la historia de una comunidad, "una historia como cualquier otra, específica y, sin embargo, banal", pero con la salvedad de que está "arraigada en los márgenes de la sociedad", narrando los pequeños eventos y grandes celebraciones de un grupo de enfermos y sus cuidadoras. "No hay grandes nombres y sólo unos pocos acontecimientos notables: sólo la vida cotidiana de la gente común", añaden.

Libro en paralelo

Las instantáneas de L'asile des photographies no están bellamente compuestas y abundan en imperfecciones, pero ofrecen un contrapunto de normalidad a la espectacular y sensacionalista visión de la locura que la fotografía muestra desde el siglo XIX y que todavía es común en nuestros días. La exposición y el libro que se ha editado en paralelo combinan las fotos con documentación escrita de los archivos del hospital y testimonios de monjas, médicos, pacientes y familiares.

Aunque las fotos mantienen la tensa intriga de que sólo podemos preguntarnos qué es lo que están mostrando y quiénes las protagonizan —un grupo de personas disfrazadas como para una fiesta de carnaval, dos mujeres fumando con placer, una gran fila de bailarines de la conga, cuatro pacientes pasándolo de maravilla en una escursión a la playa...—, la sensación final es de estar ante ráfagas de una verdad muy intensa. En el archivo había también algunas filmaciones en película súper 8 de las actividades del hospital.

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