"Sólo quería vivir en paz con mis cuadros", dice el coleccionista de arte nazi en su nueva web

  • Cornelius Gurlitt, el anciano en cuya casa de Munich había 1.400 cuadros requisados por el nazismo, se explica en una web creada por sus abogados.
  • Asegura que "algunas" de las acusaciones sobre la colección "no son ciertas".
  • En una carta abierta, Gurlitt se dirige a los "amantes del arte" mientras los abogados aseguran que las piezas fueron compradas "legalmente" al Reich.

El anciano coleccionista de arte Cornelius Gurlitt, en cuya casa de Múnich la Policía alemana encontró un tesoro artístico que podría contener obras robadas por los nazis, ha decidido contar su versión en una web que acaban de alojar en Internet los abogados que lo representan. La página, titulada Gurlitt, afirma que "sólo quería vivir con mis cuadros en paz y tranquilidad".

"Queridos señoras y señores, queridos amantes del arte. Muchas cosas han sucedido en las pasadas semanas y meses y todavía están sucediedo", dice Gurlitt en una breve carta abierta pulicada en la web, disponible en alemán e inglés. La página es gestionada por los abogados que representan a Gurlitt, que está siendo investigado por la Fiscalía como posible cómplice o autor de delitos de robo y receptación por tener en su poder cuadros que el régimen de Hitler confiscó a sus propietarios originales por considerarlos obras de arte degenerado.

"Mis cuadros fueron confiscados"

"Hace casi dos años que mis cuadros fueron confiscados y desde noviembre pasado se ha discutido mucho al respecto. Algunas de las cosas que se han publicado sobre mí y sobre mi colección no son ciertas, otras no totalmente", añade Gurlitt, hijo del marchante Hildebrandt Gurlitt, quien durante el régimen nazi (1933-1945) recibió o compró obras y cuadros de las vanguardias de principios del siglo XX que eran decomisadas a museos y particulares por los jerarcas nacionalsocialistas, quienes en público acusaban a los creadores de ser contrarios a las tesis de la Gran Alemania, pero que en privado se dedicaban a venderlas en el extranjero y lograr pingües beneficios.

Según la información incluida en la página, las autoridades han confiscado a Gurlitt más de 1.400 objetos, entre ellos las 1.280 obras que componían la "colección" que guardaba en su piso de Múnich. Entre los cuadros y objetos artísticos que guardaba Gurlitt en cierto estado de abandono había, según desveló en su día la Fiscalía de Augsburgo, encargada del caso, obras notables como dos acuarelas de Otto Dix y óleos de Marc Chagall y Henri Matisse.

Piezas clásicas no "degeneradas"

Además, hay otras obras, como un grabado de Antonio Canaletto o un dibujo de Eugène Delacroix, que no tienen ninguna vinculación con la neurosis nacionalsocialista contra las vanguardias. También aprecieron piezas de Max Liebermann, Auguste Rodin, Carl Spitzweg y Honoré Daumier, este último con un cuadro titulado Don Quijote y Sancho, datado en 1865.

Los abogados de Gurlitt, sin entrar en detalles, explican que 330 de los cuadros están en manos de la familia, una "dinastía de coleccionistas", desde antes de 1933, cuando Adolf Hitler accedió al poder. Alrededor de 380 obras, añaden, pertenecerían al arte degenerado, y fueron compradas "legalmente" al Reich, "su propietario", por el padre de Gurlitt.

"Cornelius Gurlitt nunca supo que en su colección podía haber objetos aislados que podrían ser catalogados hoy como arte robado", apuntan los representantes legales del marchante en referencia a las obras de arte requisadas por los nazis en las viviendas de los judíos deportados, detenidos o enviados a la muerte por el régimen de Adolf Hitler.

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