Un bote de humo lanzado desde el público, y que cayó en el área del Celta, obligó a detener el partido de liga en Villarreal cuando discurría el minuto 87 y el marcador era de 0-1 a favor del cuadro vigués.
La intensa humareda provocó que los jugadores de ambos equipos y el trío arbitral abandonaran el terreno de juego. También buena parte del público que asistía al partido en El Madrigal se vio obligado a desalojar el estadio debido a que muchos de los seguidores padecieron problemas de visión y respiración.
Los aficionados del Villarreal se taparon la boca con la ropa y abandonaron la instalación de manera apresurada. El artefacto, que en un primer momento parecía una bengala, resultó un bote de humo con gas tóxico que impidió que el encuentro finalizase en el tiempo previsto.
Heridos
El Villarreal ha confirmado que, tras el desalojo no hubo heridos graves y se atendió a quince aficionados.
Así, desde el club castellonense se confirma que en el centro médico que se instaló en el campo se atendió a once aficionados por inhalación del gas y por golpes.
Además, otros cuatro fueron derivados a centro ambulatorios de las ciudad, entre los que se encontraba una familiar del jugador Javier Farinós, que sufrió una luxación en el brazo.
La mayoría de atendidos fueron por ataques de ansiedad y por los efectos del gas, a lo que se sumaron algunas caídas y golpes producidos durante el desalojo de los 14.195 espectadores que habían en el campo.
Desalojo
Desde el club se valora el desalojo del campo, que cumplió el protocolo de evacuación previsto, ya que en ocho minutos las gradas quedaron vacías.
El Villarreal también ha indicado que fueron los propios aficionados los que, al notar los efectos del gas, empezaron a abandonar el campo antes de que se anunciara por megafonía que había que hacerlo.
Desde última hora de este sábado y a lo largo de la jornada de este domingo, miembros del cuerpo nacional de policía de Villarreal y de Castellón, que son los que se han hecho cargo de la investigación, están visionando los vídeos de seguridad del campo para tratar de identificar al responsable del lanzamiento del bote lacrimógeno.
El partido se suspendió a falta de tres minutos para el final con el 0-1 a favor del Celta de Vigo. El gol lo anotó Orellana tras una falta botada por Álex López.
Después de unos veinte minutos de parón y una vez dispersado el humo, el partido fue reanudado para jugar los minutos que faltaban. Sin apenas público en las gradas y con seis minutos por delante —tres del tiempo reglamentario y otros tantos del añadido—, Nolito sentenció el partido con un segundo gol para el Celta.
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