Los cuarenta acusados de pertenecer a Segi, la ilegalizada rama juvenil de Batasuna, han pedido este martes en la última jornada del juicio ser absueltos "para una positiva resolución del conflicto" y estiman que es lo que quiere "la mayoría del pueblo" vasco.

Al término del juicio, que ha quedado visto para sentencia, la imputada Ainara Bakedano Cuaresma, a modo de portavoz de todos los acusados, ha hecho uso del derecho a la última palabra para reclamar que "el resultado de este proceso suponga una aportación positiva a la resolución del conflicto con cuarenta absoluciones" y ha añadido: Es un alegato "de la mayoría de nuestro pueblo".

Tras múltiples sesiones que se iniciaron el pasado mes de octubre, el fiscal ya comunicó la semana pasada que mantiene sus peticiones iniciales de pena para los acusados, 9 años de cárcel para los nueve que considera dirigentes de Segi y a los que imputa un delito de integración en organización terrorista con el grado de cabecillas, y 7 años de prisión para el resto.

Para el fiscal ha quedado acreditaba la pertenencia de los acusados a Segi y que la organización complementaba la lucha armada de la banda terrorista ETA mediante actos de violencia callejera.

La acusación ejercida por la asociación Dignidad y Justicia también mantuvo su petición inicial de pena, de entre 10 y 12 años de cárcel para los acusados.

En la última jornada del juicio, han terminado de exponer sus informes las defensas, que han pedido la absolución de los imputados alegando que los que reconocieron su pertenencia a Segi fue por los malos tratos que recibieron al ser detenidos y han estimado que no ha quedado acreditada su militancia activa en esta organización y mucho menos que algunos de ellos fueran dirigentes de la misma.

Uno de los abogados defensores, Aiert Larrarte, ha llegado a alegar que durante la operación hubo "hipótesis interesadas", "declaraciones bajo torturas", "errores" y "contradicciones" y ha apostillado que los investigadores "no han dado ni una".

Otra de las letradas de la defensa, Jaione Karrera, ha calificado de "novela negra" y "ficción policiaca" más propia de la literatura los informes elaborados durante la investigación aportados a la causa y ha puesto como ejemplo que se vincula a uno de sus representados a una organización juvenil como Segi cuando a su juicio "se le había pasado el arroz" para ello ya que nació en 1981.

Al igual que en sesiones anteriores del juicio, celebrado en la sede de la Audiencia Nacional en la localidad madrileña de San Fernando de Henares, los acusados iban vestidos con camisetas naranjas en las que se leía Libre, Free y Askatu.