El sedentarismo perjudica tanto al corazón como al cerebro

  • El sedentarismo altera ciertas neuronas, perjudicando también al corazón.
  • Los ejercicios que mantienen en forma al cerebro pueden dar lugar a la formación de nuevas células cerebrales y disminuir los riesgos de demencia.
  • Los deportes que se practican en equipo son ideales para el cerebro.
Una persona sentada en el sofá viendo la televisión.
Una persona sentada en el sofá viendo la televisión.
D.Reichardt
Una persona sentada en el sofá viendo la televisión.

Mens sana in corpore sano, dice la cita latina –de las Sátiras de Juvenal– que tanto usamos y a la que no siempre hacemos caso. En los países desarrollados se vive una época engañosa: todas las comodidades posibles para personas que por ello viven en el más insano sedentarismo, un estilo de vida que perjudica al cerebro y al corazón.

Una investigación de la Universidad del Estado de Wayne (EE UU) muestra cómo un estilo de vida sedentario altera ciertas neuronas y cómo su funcionamiento no sólo afecta al cerebro sino también al del corazón.

El trabajo científico, publicado en The Journal of Comparative Neurology, se ha realizado en ratas de laboratorio pero sus autores creen que los resultados son trasladables a los seres humanos. Estos resultados explicarían que el sedentarismo se encuentre entre los mayores males de la sociedad actual.

En los últimos años se han presentado estudios que confirman cómo los ejercicios que mantienen en forma al cerebro pueden dar lugar a la formación de nuevas células cerebrales e inducir otros cambios que disminuyen los riesgos de demencia.

Pero también la actividad física ayudará al cerebro a mantenerse en forma y a evitar que los atractivos del sofá contrarresten el ejercicio mental. Lo mejor será planificar el ejercicio: sentarse con papel y lápiz a crear un plan para mantener sano el cerebro puede ayudar. De igual modo, pueden fijarse apartados en los que actuar como: entrenamiento mental, nutrición, ejercicio físico o métodos de relajación.

Los deportes que se practican en equipo son ideales. En estas actividades físicas, el cerebro debe actuar según unas reglas técnicas y resolver problemas a través de una ejecución que lleva a unos fines concretos.

También hay que aprender a gestionar el estrés. Las situaciones de tensión emocional y física generan gran cantidad de toxinas de las que el organismo debe aprender a desprenderse antes de que causen daño a los tejidos. Conseguir una buena autoestima y buscar apoyo entre amigos y familiares pueden ayudar a dejar atrás niveles de estrés indeseables.

Aunque no se hable de alimentos específicos para el cerebro, la comunidad científica continúa estudiando el papel de los ácidos grasos omega 3 presentes en el pescado en la salud cerebral. Aún no existen muchas certezas científicas pero en lo que sí coinciden los expertos es en la dieta diaria como fuente de salud frente al consumo de suplementos alimentarios. Así, la vitamina C que se obtiene de un zumo de naranja es mucho más poderosa que la contenida en cápsulas.

Finalmente, se trata de cambiar de actitud en el día a día y no tanto de apuntarse al gimnasio, comprar videojuegos o pagar clases de yoga. No todo pasa por consumir a destajo.

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