El CGPJ pide incentivar las denuncias de los familiares de las mujeres maltratadas

  • Sólo el 1,56% de las denuncias de malos tratos fueron presentadas por familiares, según el último informe del Observatorio de la Violencia de Género.
  • Los expertos lamentan que la violencia machista aún se considere "algo privado".
  • Preocupante repunte de la violencia machista, que ya lleva 18 muertas este año.
  • El observatorio, órgano del CGPJ, ve necesarias campañas para sensibilizar a los familiares de las maltratadas de cara a mejorar su protección.
  • Ana Bella, exmaltratada: "Necesitamos que nos ayuden. Solas no podemos".
  • El 016 es el número de teléfono, gratuito y que no deja señal en la factura, para las víctimas de los malos tratos.
Lucía (nombre ficticio), advirtió a su hermana de que si no denunciaba a su pareja, ella lo haría.
Lucía (nombre ficticio), advirtió a su hermana de que si no denunciaba a su pareja, ella lo haría.
PACO PUENTES
Lucía (nombre ficticio), advirtió a su hermana de que si no denunciaba a su pareja, ella lo haría.

"Mi hermana fue una de las primeras personas que me vio cardenales. Le dije que había sido mi hijo, de un mordisco. Mi hermana se calló, pero hay que romper ese silencio, porque nosotras, en esa situación, solas no podemos". Ana Bella, exmaltratada y presidenta de la fundación que lleva su nombre, sabe por experiencia que el papel de la familia es fundamental para salir del maltrato. Por eso ahora dedica todo su tiempo a asesorar a familiares de maltratadas sobre cómo afrontar la violencia que sufren sus hijas, hermanas o primas.

El último informe del Observatorio de la Violencia, órgano que depende del Consejo General del Poder Judicial, incluye un dato que preocupa a las asociaciones de víctimas y a los expertos en la lucha contra los malos tratos: el bajísimo porcentaje de denuncias interpuestas por los familiares de las víctimas en España, que suponen el 1,56% del total. Este dato coincide con la creciente alarma por la muerte de 18 mujeres en lo que va de año a manos de sus parejas o exparejas.

"El porcentaje de denuncias de familiares nunca ha superado el 2%", reconoce Miguel Lorente, exdelegado del Gobierno para Violencia de Género. "Es la prueba gráfica de que la violencia de género se considera por la sociedad todavía un problema privado de la mujer en el que nadie debe implicarse". Lorente se pregunta en alto ¿qué haríamos si a una hermana o una hija le agredieran en la calle o en la empresa?. "Seguro que seríamos los primeros en denunciar".

La familia, el puntal de la víctima

Lorente va un paso más allá y califica de "pasividad no inocente" el silencio de las familias. "Lamentablemente demuestra un factor cultural que consiste en haber normalizado la conducta de la violencia contra las mujeres como algo privado".

El Observatorio de la Violencia admite que se mantiene estable la "muy baja proporción de denuncias presentadas por familiares". El hecho de que las agresiones se cometen habitualmente en el domicilio, y en ausencia de familiares o terceros, dificulta que se personen como denunciantes, al no haber sido testigos.

El Observatorio del CGPJ plantea que "si existe baja proporción de denuncias de familiares evidentemente hay que sensibilizar más a ese sector" y pide que "a tal fin se a conciencie a los mismos de que se trata de un delito no privado, sino que trasciende al ser una violación de los derechos humanos de las mujeres". Además recomienda que se enseñe a "identificar los factores de riesgo que puede estar padeciendo una mujer víctima de la violencia, para que los  familiares puedan desarrollar herramientas que les hagan estar más atentos cuando saltan las alarmas y saber que tienen que denunciar".

Una trabajadora de los juzgados exclusivos de violencia de género de Madrid explica a 20minutos que nunca ha visto a un familiar denunciar. Sí acompañar a la afectada. Lo más común es que los familiares "acompañen, arropen y refuercen" a las víctimas en el momento en que ellas denuncian y testifican. "Ellos las animan. He oído a algún hijo adolescente decirle a su madre que si no denuncia ella lo hará él. Eso sí es más habitual".

Además, es llamativo que pongan solo un 1,5% de las denuncias, mientras protagonizan el 23% de las llamadas realizadas al teléfono de asistencia a mujeres maltratadas 016. Desde su puesta en marcha (en 2007) 93.780 familias han marcado el 016 interesadas por conocer cómo actuar en un caso de maltrato en la familia. Solo en abril de 2013, una de cada tres llamadas a dicho número las realizó un familiar preocupado.

El rechazo del entorno

Ana Bella, cuya fundación ayuda a las mujeres que están siendo maltratadas, asegura que es muy importante que el entorno rechace las agresiones. "Suele pasar que tras una paliza la mujer se refugie en casa de la familia. El marido le pide perdón y vuelve a casa. Y las siguientes navidades la familia lo recibe con los brazos abiertos e incluso tiene un regalo en la mesa para él. Eso te hace sentirte más confundida", explica. "Actúan de corazón, creyendo que hacen lo mejor, es decir tratarle bien a él para que no le haga daño a ella, pero no suele funcionar".

El exdelegado del Gobierno para la Violencia de Género, Miguel Lorente, ve alarmante el enorme peso de las familias en la retirada de las denuncias, un hecho que va en aumento. "Intentan convencer a las víctimas de que se divorcien, sí, pero que no denuncien. "¿Vas a meter al padre de tus hijos a la cárcel?, les dicen". A su juicio, el reto es que la sociedad conozca las circunstancias de la violencia, que sepan que no es algo que obedece a factores puntuales, sino que está dirigida a someter a las mujeres. "Hay que romper con la idea de que la violencia de género forme parte de los muebles que habitan una casa".

Los expertos y las víctimas claman contra el pensamiento común del "si ella no actúa, ¿quién soy yo para hacerlo?". "Se olvidan", advierte Lorente, "de que la mujer no toma la decisión de seguir siendo maltratada de forma libre, sino atrapada y sometida".

Lucía: "Le dije a mi hermana, como no le denuncies te denuncio yo a ti por encubrimiento"

Nunca le gustó a Lucía el nuevo novio de su hermana. "No me miraba a la cara, no era de verdad", describe. Pero tampoco sospechó que fuera un maltratador. No fue consciente de lo violento, de lo "psicópata calculador" que era hasta que los abusos afectaron también a su sobrino,  de tan solo dos añitos e hijo de la anterior pareja de su hermana.

Cuenta Lucía que todo cambió el día en que su hermana, al volver de llevar al cole a otra hija mayor, se encontró al pequeño desmayado bajo una cama. Le preguntó a su novio y este dijo no saber nada. Corrió con el niño en brazos al hospital, casi muerto, y allí mismo la Policía le impuso una orden de alejamiento a ella del menor, tras detectar los médicos que había sufrido una horrible paliza.

Al día siguiente Lucía y otro hermano encerraron a su hermana en una habitación. Hablaron. Hicieron de 'poli bueno' y 'poli malo'. "Mi hermana estaba ciega, enamorada". Intentaron hacerle ver que si ella no había pegado al niño, tenía que ser él, su pareja. Nos costó que reaccionara, pasamos mucho para convencerla, para decirle que era un maltratador esa persona que ella, en su cabeza, tenía como el mejor hombre del mundo".

A la desesperada, Lucía le amenazó a su hermana: "Como tú no vayas mañana a denunciar, te denuncio yo a ti por encubrimiento". Surtió efecto. Su hermana se derrumbó, lloró, confeccionó el puzle de tantos episodios de malos tratos anteriores. Y al día siguiente Lucía y su hermana denunciaron al agresor, juntas.

A las familias que detecten malos tratos en alguna hija, hermana, prima o conocida, Lucía recomienda "que hablen con ellas a solas, tranquilamente. Si empiezan con voces no lo van a entender. Están en estado de shock. No piensan por si solas. Son marionetas, están como sometidas. Por eso es tan difícil salir sin apoyo. Solas no pueden".

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