Con 68,15 euros, Barcelona es la más cara para un vehículo medio (entre 8 y 11,99 caballos fiscales). Sólo San Sebastián (71,40 euros) se sitúa delante «porque tiene un sistema propio por los fueros», recuerda el presidente de la AEA, Mario Arnaldo.

El caso de las motos en Barcelona es significativo, ya que representa el 41,2% de los desplazamientos en vehículo. En las de hasta 125 cc se paga una tasa anual del 8,83 euros, un céntimo menos que en Girona o Huesca. Bilbao, por la misma razón que Donostia, es la más cara (9,16 euros). Las tasas en Barcelona no se han movido por obligación.

Cuatro años igual

El Estado establece una tarifa que cada ayuntamiento puede modificar al alza o a la baja (coeficiente). Barcelona escogió el máximo. Como la tarifa no se ha actualizado, como mínimo, desde 2003, y el ayuntamiento no puede subir el coeficiente, estos impuestos se han estancado. Fuentes municipales justifican estas tasas por "los servicios que ofrece la ciudad" y recuerdan que sólo recaudan un 14% de los impuestos que paga un coche en su vida útil.

Paraísos fiscales

Cada habitante de Aguilar de Segarra (Bages) matriculó en 2006 una media de 42,83 vehículos (10.709 turismos para 250 habitantes). Una cosa similar ocurrió en Rajadell. Son los dos principales paraísos fiscales en España para las empresas de alquiler y renting de coches.

Establecen domicilios fiscales falsos para pagar mucho menos. Mucho. Ocho veces menos que en Barcelona. Por cada euro de impuestos, en la vida útil de un coche, 45 los recauda la Generalitat y 41 el Estado.