"Marroquí de mierda, esto es lo que hacen los de tu país".

Eso es lo que tuvo que escuchar ayer Yamila Ben Salah, madre de una niña de 13 años fallecida en uno de los trenes.

Insultos

Todo comenzó durante un receso de cinco minutos ordenado por el juez Javier Gómez Bermúdez, en el que el público no podía salir de la sala.

Una mujer rubia se levantó, se encaró con los acusados situados en la pecera y se percató de la presencia de una mujer con un velo beis sobre la cabeza.

El resto se lo pueden imaginar -si tenemos en cuenta en inicio de este artículo-.

Drama tras drama

La historia de Yamila no tiene desperdicio. La desgracia le ha llegado por todos los frentes con el atentado del 11-M.

Por un lado, su pequeña murió en uno de los trenes. De hecho, ella es el único motivo por el que esta mujer de 48 años acude cada día a la Sala de la Audiencia Nacional desde el pasado jueves -día en el que comenzó el juicio-.

Por otro lado, su marido de entonces, Abednneri Esabar, fue detenido en junio de 2006 por orden del juez Del Olmo. Se le acusaba de ayudar a huir a Mohamed Alfallah, uno de los huidos del piso de Leganés.

Una pequeña ayuda

Tras el incidente, una señora llamó la atención a la rubia.

"Yo recordaba a la señora que me ayudó (...), nos vimos en Ifema el 11 de marzo de 2004, cuando fuimos a buscar los cuerpos de nuestros hijos", recuerda entre lágrimas Yamila -según recoge El País-.