El empresario liberado en Lalín permaneció encerrado en un galpón en el que comía, dormía y hacía sus necesidades

En el interior del cobertizo había dos colchones, una silla, prendas de abrigo, restos de comida y otros desperdicios
Cama del guardián en el interior del cobertizo del secuestro en Lalín
Cama del guardián en el interior del cobertizo del secuestro en Lalín
EUROPA PRESS
Cama del guardián en el interior del cobertizo del secuestro en Lalín

El empresario que fue liberado en el lugar de Xar, en la parroquia de Vilatuxe, en Lalín (Pontevedra), permaneció varios días encerrado en un reducido galpón de unos siete metros cuadrados —apenas tres de superficie útil— en el que debía comer, dormir y hacer sus necesidades.

El hombre, un maderero vecino de la localidad coruñesa de Cambre por el que los secuestradores pedían un rescate de 70.000 euros, pasó su cautiverio "en condiciones infrahumanas", según la Guardia Civil, algo que es constatable en el lugar de los hechos.

El cobertizo, construido en ladrillo y con puertas de aluminio, es un agregado de una antigua cocina ubicada al margen de la vivienda principal. Entre la cocina y el habitáculo en el que estuvo el empresario secuestrado hay una corte de animales con gallinas, entre otros.

Las condiciones del pequeño recinto en el que tuvo lugar el secuestro no difieren, de hecho, de las de la corte, salvando el hecho de que el suelo está cimentado.

De los en torno a siete metros cuadrados que tiene el recinto, la superficie útil apenas llega a tres, puesto que dos muros —uno de cemento y el otro de ladrillos, sin llegar hasta el techo— dejan inutilizada la mayor parte del mismo, en la que se albergan aparatos y maquinaria.

En su interior, en la mañana de este viernes todavía eran visibles prendas de abrigo, restos de comida —una taza conteniendo una especie de puré—, los dos colchones con sus respectivos sacos de dormir —el del capturado y el del guardián—, una silla —la del guardián— y otros desperdicios.

La liberación se produjo sobre las 2,00 horas pero ninguna zona de la vivienda ni del galpón habían sido acordonadas por la policía hasta el mediodía del viernes.

Sorpresa entre los vecinos

Xar es una pequeña aldea de unas 15 casas de las que la mayor parte pertenecen a la parroquia de Barcia. En el caso de la de las personas que custodiaron al secuestrado, esta se corresponde ya con la parroquia de Vilatuxe, debido a una división realizada a partir de una concentración parcelaria.

Los vecinos de este lugar próximo a Lalín, capital de la comarca de O Deza que, situada en el norte de la provincia pontevedresa, coincide con el centro geográfico de Galicia, han mostrado este viernes su "enorme sorpresa" ante lo ocurrido. "No le cabe a nadie en la cabeza", exclama una mujer que vive a escasos 300 metros de la casa en la que se produjo el secuestro.

En la casa, construida hace unos 14 años, de dos plantas y con el ladrillo a la vista en la segunda, vivía junto a sus dos nietos —de 14 y 21— un matrimonio de jubilados de unos 60 años, según apunta otro vecino, A.G., copropietario de un establecimiento de restauración próximo. El matrimonio pasó gran parte de su vida en Francia, donde él se dedicaba al "viñedo", según este vecino.

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