Una visita a Jaca para conocer sus edificios modernistas

Jaca es el mayor foco de atracción veraniego e invernal del Pirineo aragonés. Pensamos en las estaciones de esquí de sus inmediaciones o en las excursiones a pie por los valles de alrededor. Pero la ciudad oscense es en sí misma un atractivo para el turista.

Conviene callejear por Jaca, que rebosa de bares, restaurantes y pastelerías. De su patrimonio hay que visitar el Museo de Arte Románico, darse una vuelta por la Ciudadela del siglo XVI, admirar su catedral románica del siglo XII, situada al pie del Camino de Santiago y descubrir y sorprenderse con su arquitectura modernista.

A principios del siglo XX, Jaca se convirtió en un imán para los turistas. Su llegada forzó la reestructuración de la ciudad. El arquitecto Francisco Lamolla fue el artífice del nuevo ensanche y de esa manera llegó a Jaca el modernismo en algunos de sus nuevos edificios.

En la avenida del Primer Viernes de Mayo está la Casa Borau, del arquitecto Cases Lamolla, cuyas molduras son una versión geométrica de la corriente conocida como Sezession vienesa. En la misma calle, están las guirnaldas de la Casa Valero y el capitel de la Casa La Rubia, inspirado en la Casa de les Punxes barcelonesa.

En la calle Mayor descubrimos elementos decorativos neogóticos en el número 17. En el número 20, la farmacia Borau muestra muebles de época. En el 32, la fachada de Francisco Albiñana se inspira en la arquitectura andalusí. Otros ejemplos de interés son el caserón del marqués de la Cadena, en la plaza del mismo nombre y el número 10 de la calle Echegaray.

Finalmente, y ya en las afueras de Jaca, hay que visitar dos obras: el Seminario Conciliar, de carácter religioso, y el nuevo matadero, de carácter civil.

Fuente: Guía Repsol. Rutas, mapas, restaurantes … ¡Planifica con nosotros tu viaje!