La jornada de 4 horas de caza del zorro celebrada el domingo en 100.000 hectáreas de montes orensanos y correspondiente a la cuarta copa España de la especialidad, se saldó con 4 denuncias de ecologistas y de la Guardia Civil y con el cobro de 63 piezas por parte de los cazadores.

Las cuatro horas de la caza polémica comenzaron a las 9.00 horas con el reparto de las 105 cuadrillas integradas, cada una, por nueve cazadores y un juez de caza, por los montes de varios municipios orensanos para desarrollar una técnica de caza del zorro sólo existente en Galicia, según explicó el presidente de la Federación Gallega de Caza, José María Gómez Cotón.

Movilización ecologísta en favor del zorro

Al mismo tiempo, los ecologistas convocados por grupos gallegos de defensa de los animales salvajes, se reunieron en la plaza mayor de O Carballiño para repartirse en grupos por los montes donde estaba prevista la jornada de caza.

Fuentes de la Guardia Civil indicaron que hasta las 15.00 horas, hora tope para que los cazadores presentasen las piezas cobradas en un puesto de control instalado al lado de un restaurante de O Carballiño, se recibieron tres denuncias del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona).

Estas denuncias eran por "exhibición de piezas de caza" y otra denuncia verbal de un ecologista en relación a los disparos al aire que presuntamente hizo un cazador al verlo.

Uno de los cazadores destinados al municipio de Boborás, José Luis Fernández, explicó que en los montes de Cameixa "fue imposible cazar nada porque un grupo de 30 ecologistas se pasó las cuatro horas haciendo ruido continuo con panderetas, silbatos, bombos y trompetas" y, aunque consiguieron "disparar a dos zorros, la cuadrilla no cobró ninguna pieza".

"Coge un libro y deja la escopeta" o "este zorro vale más que vosotros"

Desde las 13.30 los cazadores empezaron a acercarse al punto de control para registrar las piezas cazadas mientras unos doscientos ecologistas, separados de los cazadores por una valla instalada por los propietarios del restaurante, les gritaban: "Coge un libro y deja la escopeta", "Este zorro vale más que vosotros", "Escopetas nunca máis" o "Asesinos, cazadores", entre otros lemas.

El enfrentamiento verbal aumentó en algunos momentos, ya que dos vehículos de cazadores pasaron por delante del restaurante llevando un pequeño remolque y un zorro muerto sobre la lona, lo que desencadenó gritos y carreras de los colectivos defensores de los animales y tres denuncias de agentes del Seprona por "exhibición ilegal de piezas de caza", según explicó uno de ellos.

Los zorros muertos, según Gómez Cortón, quedan en manos de la organización que a su vez los entrega a una empresa especializada en este tipo de residuos, ya que no se les da uso culinario ni peletero