Marta Etura y Eduardo Noriega protagonizan Presentimientos (24 de enero), una película en la que encarnan a una pareja en crisis, Julia y Félix, que trata de descubrir las causas del afecto perdido. Esta historia de amor y desamor con toques de thriller, basada en la novela homónima de Clara Sánchez y que supone el debut de Noriega como guionista, convierte a Etura en una mujer de treinta y tantos que está atravesando un momento conflictivo en su vida que la ha llevado a distanciarse de su marido e incluso de su hijo.

La actriz, feliz y con una carrera exitosa, asegura que poco tiene que ver con el papel que interpreta. Sonriente y habladora, no duda en explayarse a la hora de hablar sobre la película, el cine y su carrera en general.

¿Cómo ha sido el rodaje con Eduardo?

Muy bien. Nos entendimos desde el segundo uno. Incluso hay una anécdota que lo demuestra. El primer día que nos pusimos a trabajar teníamos que ir a la Casa de Campo a hacer unas fotos, que luego se iban a usar en la película. Teníamos que hacer como una pareja muy enamorada y entramos en el juego desde el principio, fue súper fácil, súper agradable. Lo pasamos muy bien esa mañana y acabamos comiendo un cocido allí. Las fotos quedaron tan bonitas que el director las acabó utilizando para los títulos de crédito, incluidas las del cocido.

También hay un bebé en el reparto, ¿cómo es trabajar con niños tan pequeños?

En realidad eran dos gemelos, ya que por ley sólo puedes rodar con niños cuatro horas al día, así que de este modo te garantizabas ocho horas de rodaje diario. Fue muy difícil, eran bebés con una capacidad de concentración nula. Quizá porque tenían una edad complicada. No eran bebés, que no se enteran de nada, ni eran niños que ya se enteran de cosas.

Es decir, una complicación añadida.

Fue duro, primero porque te da mucho apuro que un niño esté en un set de rodaje, en un lugar de trabajo, cuando ese no es lugar para un niño. Y luego está el problema de que ellos tienen otros códigos —no se callan cuando les dices que se callen, no entienden que se está rodando...—, así que al final se da la vuelta a la tortilla y todo se pone al servicio del niño. Tanto Eduardo como yo hacíamos el trabajo de babysitters. Si tenías que rodar con el crío, antes te tenías que tomar cuarenta minutos o una hora para éstar con él, jugar con él y que cogiera confianza contigo.

Fue como una segunda mamá para los pequeños...

Sí, pero por suerte a mí me encantan los niños y ha sido un trabajo que no me ha resultado forzoso ni pesado.

El tema principal de la película es el desgaste del amor y el intento de recuperarlo, ¿de veras cree que se puede recuperar un amor perdido?

Yo creo que sí. Aunque da igual si los protagonistas vuelven o no vuelven. Más importante que eso, en lo que se hace hincapié, es que no puedes tener una relación y no cuidarla. En este caso es una relación de amor, pero yo creo que esto se puede llevar a culaquier ámbito, a una relación laboral, a una relación de amistad... Uno tiene que mantener las relaciones vivas y cuidarlas a cada instante, y cuando ve que se están deteriorando, averiguar por qué, de dónde nace ese conflicto y tratar de manejarlo.

El amor, como todo, está en constante movimiento. Aunque tú tengas una relación y todo vaya siempre bien, nunca es igual. Se trata de aceptar que ese movimiento es bueno y que incluso una crisis puede llegar a ser positiva, ya que es lo que te ayuda a revisar qué está pasando y hacia dónde quieres conducirla o reconducirla.

Otro mensaje que transmite Presentimientos es que a menudo no se aprecian las cosas que se tienen hasta que se pierden...

Por desgracia sí. Quiero creer que no siempre y que no todo el mundo, pero a veces es verdad que hasta que no sientes que puedes perder algo, no eres consciente de su valor. Es una pena, pero bueno, funcionamos así los seres humanos.

¿Qué presentimiento tiene con esta película?

Me encantaría que la gente conectase con ella. Creo que es una película con la que creo que es fácil que la gente se identifique y empatice, porque todos tenemos relaciones amorosas y todos reconocemos los momentos de altibajos y las preocupaciones. Pero, más allás de la pareja, también habla de personas en sus treinta y tantos, que es un momento de la vida en el que has cosechado muchas cosas pero todavía te queda la mitad de la vida. Los 30 es un momento en el que uno se plantea muchas cosas y entra en una especie de crisis que tiene que ver con lo existencial. Eso también es algo que nos pasa a todos, momentos en los que nos sentimos solos, nos sentimos perdidos, nos replanteamos nuestros camino...

Y sin abandonar los presentimientos, ¿cuáles tiene respecto al cine en España?

Quiero creer que van a ir bien las cosas, y tengo casi la certeza de que así será. Yo llevo veinte años trabajando en la profesión y me encontrado gente con enorme talento, gente muy inteligente y, sobre todo, gente que ama mucho su profesión. Para mí es una pena que vivamos en un país donde los políticos y las instituciones no apoyan la cultura en general y la industria del cine en particular.

Es una desgracia porque no respetan la cultura, no la cuidan y no la protegen, y trabajar en esas condiciones es muy difícil. Afortunadamente, la industria la hace gente muy profesional y que ama mucho su trabajo y que sacará esto ante la adversidad. Estoy convencida.

¿Le parece que las promociones de reducción de precio de las entradas pueden ser una solución para el problema del cine?

Creo que son cosas que están bien pero no creo que sea una solución. Si tu vendes jerseys y un día los pones a mitad de precio, va a ir mucha más gente a comprarlos pero, ¿eso que indica? Nada, indica que a la gente le gusta pagar menos por las cosas, pero las cosas tienen un precio por lo que cuesta hacerlas. La solución tiene que venir de otro lugar, de lo que decía antes, de que el Gobierno, los políticos, cuiden el cine. Me parece una barbaridad haber subido un 21% el IVA a una industria que tiene dificultades.

Creo que la responsabilidad del Gobierno es apoyarnos y ayudarnos. Evidentemente hemos vivido una crisis y hay veces quese tienen que tomar medidas, pero que sean medidas excepcionales, que esto cambie. Necesitamos que baje el IVA, que se apueste por el cine y que se hagan leyes que nos ayuden a poder llevar a cabo una cinematografía sana y digna.

Porque el cine es importante para la cultura de un país...

Por supuesto. La cultura me parece fundamental en una sociedad. A mí me apasiona la cinematografía y creo que es algo necesario y muy bueno para un país, ya que sirve de ventana. Gracias a nuestro cine se conoce España, gracias a Pedro Almodóvar, a Penélope Cruz, a Javier Bardem... Es una buena manera de transmitir la marca España que tanto les interesa.

Por todo esto que comenta, ¿cree que la gala de los Goya debería volver a ser reivindicativa?

La gala de los Goya fundamentalmente debería ser para promocionar el cine español y la gente que hacemos el cine español, para hacer llegar al público general las películas que se hacen y la diversidad, la riqueza y el talento de nuestra cinematografía. Creo que en esa gala debería reivindicarse lo que tiene que ver con nuestro oficio.

¿Dejando el resto de asuntos al margen?

Desde mi opinión personal, eso es lo principal. Pero claro, las cosas no son blancas o negras y el cine y el teatro cuentan historias de la vida y parte de su fundamento es la crítica —ya en el teatro griego se criticaba al gobierno—. El problema es que aquí criticas y parece que eres el malo cuando la crítica y la autocrítica las tendríamos que vivir como algo positivo, ya que son necesarias para que las cosas cambien a mejor.

Dentro del cine tiene que haber entretenimiento pero también otro tipo de historias donde se denuncien situaciones que igual no se podrían denunciar de otra manera. Así que cuando digo "hablar de lo que incumbe a nuestra industria", en realidad el espectro se abre muchísimo.

¿Alguna favorita de cara a los Goya?

A mí me ha encantado La gran familia española, pero es verdad que a día de hoy aún no he visto todas.