Lleva más de veinte años en los escenarios, once discos, y una actitud crítica pero colorista o como él dice "siempre positiva aunque haya queja" que se mantiene en su nuevo trabajo Quédate conmigo. El gaditano Javier Ruibal ofrece un poco de oxígeno en las trece canciones que conforman el disco sin evitar en modo alguno (no es en absoluto su estilo) la realidad en la que andamos metidos. "Por avatares personales y porque hasta que no estoy muy convencido no publico disco" llevaba ocho años sin editar nuevo trabajo.

Quédate conmigo: ¿un retrato colorido del ser humano en tiempos de poco color?

Intento dar color a mi vida y a la de los demás, y con la música y los que me escuchan hago lo mismo. No quiero tapar el paisaje desolador con esto, pero sí aliviar la presión. Aunque también hay algo de protesta, lo que pasa es que esa protesta está formulada desde un punto de vista positivo.

¿Ha huido del enfado?

Sí, porque la rabieta enmascara lo que se quiere reclamar. Con humor y con ironía se llega mejor.

Una manera de tomarse la vida en serio pero...

Sin perder el humor, así es como hay que tomarse la vida. El humor sólo puede existir desde la inteligencia, porque es mirarnos nuestro lado ridículo y encarar la vida desde ahí.

¿Qué lugar puede ocupar la música en el paisaje desolador al que ha aludido?

Creo que la música es un bálsamo maravilloso que una parte de la industria se ha encargado de estropear. Lo han estropeado sacando cosas de dudoso gusto y un acabado inconsistente. Adolecemos de formación musical.

¿Cuestión de educación?

El paladar hay que educarlo, igual para apreciar una buena canción que un buen libro. Es una irresponsabilidad que la música se haya convertido en el negocio de la inmediatez. No se ha propiciado que éste sea un país culto, y es un país que ha tenido tiempo. Ya no podemos seguir echando la culpa a la dictadura. Ahora lo que hay es una dictadura del dinero y la picaresca. Convencen al público de que es bueno lo que no lo es.

Pero no todo estará perdido, usted mismo es optimista en su disco...

No, ellos quieren agotarnos y humillarnos, pero habrá un renacer. Tardará porque nos han echado mucha basura encima.

¿Cómo imagina ese renacer?

Compartiendo. Si les tiramos con el adoquín nos van a machacar. Así que mejor pasito a pasito, y con perseverancia.

¿Es la autoexigencia lo que le ha hecho permanecer en silencio estos años?

Por un lado ha habido temas personales y por otro, sí: hasta que no tengo algo que desde mi punto de vista merece respetabilidad y perdurabilidad no lo saco.

¿Le parece que estamos faltos de creadores autoexigentes?

Yo creo que la cuestión es el respeto. Si no te respetas tú, nadie te respetará que se decía a las niñas hace muchos años y que era un tanto represor tiene en este caso otro sentido. Hay que respetar el trabajo que uno hace. Si te faltas al respeto, también se lo faltas al arte y al público. Creo que hay falta de rigor y honestidad. Una picaresca que es aplicable a todo, ese cógelo tú que si no se lo llevará otro.  Y esto se acaba convirtiendo en un acto de alpinismo soez con todos trepando.