¡El avión ha sido secuestrado. Sigan las instrucciones!

  • Así se dirigió el secuestrador al pasaje.
  • Un pasajero cuenta cómo hicieron para reducirlo.
  • Prefirieron arriesgarse a que alguien muriera antes de morir todos.
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El comandante del Boeing 737-700 de la compañía Air Mauritane secuestrado cuando volaba hacia Gran Canaria informó al pasaje del suceso durante el vuelo con un mensaje inesperado: "¡El avión ha sido secuestrado!. Deben seguir las instrucciones. Nos dirigimos a Dajla".

Así lo relató esta madrugada el ciudadano mauritano Mohamed Ahmed, de 37 años, en el aeropuerto grancanario tras el secuestro del avión en el que viajaba, junto a otros 70 pasajeros, por un hombre de origen árabe.

Aprovecharon el empujón del aterrizaje, entraron en la cabina y se abalanzaron sobre el secuestrador

Mohamed Ahmed, quien lleva ocho años viviendo en Fuerteventura y actualmente se encuentra sin trabajo, relató que, cuando el avión volaba entre Nuackhot, la capital de Mauritania, y Nuadibú, donde tenía que hacer escala antes de proseguir a Gran Canaria, el secuestrador esgrimió dos pistolas, una en cada mano, y entró en la cabina del aparato.

Puso las armas en la nuca del comandante y le conminó a que desviara el rumbo hacia la ciudad marroquí de Dajla para reponer combustible y, a continuación, dirigirse a Francia.

Tras informar al pasaje del secuestro, el comandante dirigió el vuelo hacia Dajla, pero Marruecos rechazó su aterrizaje, por lo que el avión siguió hacia Gran Canaria.

El secuestrador, un hombre de unos 40 años, se quedó dentro de la cabina con el comandante e hizo salir de ella al copiloto.

El plan para reducirlo

Según contó Mohamed Ahmed, la idea de reducir al secuestrador partió de un grupo de hombres que se coordinaron con el copiloto, quienes decidieron que las mujeres y los niños se sentaran en la parte de atrás del avión y los hombres fueran en la delantera.

Mientras la tensión crecía entre los pasajeros del Boeing 737-700, algunas mujeres comenzaron a llorar.

Cuando subió la policía, el secuestrador estaba reducido y atado con cuerdas

Unos cinco hombres "se pusieron pegados a la puerta de la cabina", contó Ahmed, y se conjuraron para actuar cuando tuvieran la más mínima oportunidad.

Así, "cuando aterrizamos, aprovecharon el empujón del aterrizaje entraron en la cabina y se abalanzaron sobre el secuestrador", que portaba una pistola en cada mano.

En ese momento "de mucha confusión", el aparato aterrizó con un frenazo, el comandante abrió las puertas de emergencias del avión y algunos pasajeros se lanzaron a las pistas desde el aparato, por lo que hubo numerosos heridos con contusiones.

"Cuando subió la policía, el secuestrador estaba reducido y atado con cuerdas", explicó Mohamed Ahmed.

"La gente se puso muy nerviosa y las mujeres y los niños corrieron por las puertas", añadió.

A la pregunta de por qué habían sido tan valientes al hacer frente al secuestrador, Admed dijo: "Es mejor perder a una persona, que perder a todas".

Fue un momento muy difícil, porque el lugar era muy estrecho, teníamos que entrar todos a la vez y el secuestrador iba armado

Uno de los cinco hombres que redujeron al secuestrador, Limame Malek, quien vive en Mauritania, explicó que el grupo de hombres que preparó el ataque estaba formado por voluntarios.

"Eran cinco hombres fuertes y voluntarios preparados para atacar", explicó.

Aunque el secuestrador se había quedado sólo con el piloto y echó al copiloto de la cabina, ambos tripulantes "mantenían alguna comunicación".

Así, "sabíamos que el piloto iba a pegar el frenazo en el momento de aterrizar y ésa era la señal de luz verde de que había que entrar con fuerza", relató Malek con gran vehemencia una vez ya en Gran Canaria.

"Fue un momento muy difícil, porque el lugar era muy estrecho, teníamos que entrar todos a la vez y el secuestrador iba armado", explicó.

Cuando entraron, se abalanzaron sobre el secuestrador en un momento de gran confusión.

"Lo agarramos y de pronto no sabíamos dónde tenía las armas", pero entre todos pudimos con él, añadió.

Lo agarramos y de pronto no sabíamos dónde tenía las armas

Un pasajero malagueño que trabaja en Mauritania llamado Juan Manuel, explicó que una de las azafatas sospechó del secuestrador porque le hizo varias preguntas relativas a la seguridad del avión.

Al observar la suspicacia que sus indagaciones habían provocado, el secuestrador se levantó, entró armado en la cabina y amenazó al comandante.

Según Juan Manuel, en el avión viajaban dos o tres españoles y unos tres o cuatro niños.

El secuestrador quería volar a París y desvió el avión a Dajla para repostar combustible, ya que no había suficiente para hacer el viaje hasta la capital francesa, pero al negarles el permiso para aterrizar, continuaron hacia Gran Canaria, relató el malagueño.

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