Disfrazado de bombero, de abuelita, de vagabundo, de frutero, de sí mismo... Así aparece Melendi en su último vídeo, 'Calle La Pantomima', segundo sencillo de su último disco, Mientras no cueste trabajo.

Hoy estrenamos el vídeo en exclusiva en 20minutos.es. Además, en la web también podrás ver el making off del videoclip y una entrevista personal que le hicieron al asturiano durante el rodaje.

Melendi se desenvuelve en el clip con su habitual desparpajo. Ese que le lleva a reírse de los rumores que siempre han rodeado a su personaje.

Así, se ha podido oír, entre otros, que había estado en la cárcel, que había muerto por sobredosis y que estaba relacionado con el narcotráfico.

Acerca de estas acusaciones, él responde: "Creían que me iban a hundir y, sin embargo, me hicieron propaganda. A mí me hace gracia".

Inquieto y revoltoso

Melendi, cuyo nombre completo es Ramón Melendi Espina, nació en Oviedo en 1979. No le gustaba estudiar y aguantó en el colegio hasta que sus padres desistieron.

Tras una pequeña carrera futbolística, decidió dedicarse a la música. Para curtirse, recorrió los bares de su ciudad. En esta época conoce a personajes surrealistas, claves para las letras de sus canciones.

Es la etapa previa a su éxito. Esto le llegó en 2003, cuando sacó su primer disco, Sin noticias de Holanda.

Un pasado ligado al balón

El fútbol atrapa. Y a Melendi, también. Desde pequeño le gustaba chutar balones, y parece que no lo hacía del todo mal. Llegó a jugar en las categorías inferiores del Real Oviedo. A pesar de todo, a los 14 años cambió los campos deportivos por los bares. Afirma que es en estos locales donde se siente más a gusto.

"Mi hija sólo quiere calle, está hecha un pendón bueno"

Quedamos a la ocho y media: "Perdóname, pero vamos a tener que retrasarlo media horita. Estoy en mitad de Madrid en un atasco ¡para volverse loco!".

¿Cómo ha sido la experiencia con el videoclip?

Es divertido, pero muy trabajoso. Hay que repetir las tomas mil veces. Tres días enteros dedicado al vídeo.

Eso le pasa por interpretar todos los papeles usted. ¡Con la de actores en paro que hay!

(Carcajada) No fue idea mía, pero queda gracioso, ¿no? Además, ¡sí salen muchos actores de reparto! Ahora en serio, ¿me hago pesado?

Para nada, es una broma. ¿Se había vestido antes de señora?

Nunca. Tampoco me había travestido, pero siempre hay una primera vez.

Como más guapo está es disfrazado de frutero, le sienta muy bien el mandil.

(Risas) Todo el mundo me lo ha dicho, debe ser que salgo favorecido en ese plano. También me dicen que estoy guapo vestido de bombero.

Pero ése es menos creíble.

¿Por qué?

No me imagino a un bombero con rastas. Y, además, suelen ser más vigoréxicos.

¿Qué es eso?

Obsesionados con el gimnasio. Lo he dicho de broma porque la vigorexia es llevado al extremo.

Yo de eso nada. Soy un bombero de hoy, un nuevo modelo de bombero.

El disco está imparable.

¡Joé! Va de maravilla. El cambio de compañía se nota. Todos mis respetos a Carlitos Récords, pero se nota la promoción. Como se dice en mi pueblo: "Con buena polla bien se folla".

Usted ya vendía incluso sin promoción.

Pero no a estos niveles. Con éste ya hemos vendido más que con el segundo disco.

Y la gira.

De momento estamos haciendo cuatro bolos al mes. Lo fuerte llega en abril.

Ha montado una discográfica.

Sí. Se llama Blue Donkey Music. Ahora estamos grabando con una nena de Córdoba muy buena que se llama La Dama.

¿Qué tipo de música es?

Como yo, rumba pop.

¿Es más complicado lo de producir?

Si te gusta, no. Yo es que como no se hacer otra cosa. Soy muy desastre.

¿A qué dedica el tiempo libre?

Intento hacer de todo y no caer en la rutina.

¿Usted tiene rutina?

(Risas) Todos tenemos rutina. Siempre terminamos haciendo las mismas cosas.

Y con la niña al parque, ¿cuándo?

Mi hija sólo quiere calle, está hecha un pendón bueno. No hay cosa que le guste más. Se lleva todo el día: "Papa, calle; papa, calle".

¿Tiene a quién salir?

No, esperemos que no (carcajada).