Adelgazar es uno de los propósitos recurrentes del nuevo año. Si decidimos ponernos a régimen, debemos asegurarnos de que éste tiene una base científica que, por supuesto, nada tiene que ver con la magia. Hay que apartar los mitos adelgazantes de nuestra vida. Lo único que acarrean son problemas de salud.
“Para perder ese peso de más y mantenernos hay que llevar una dieta equilibrada y variada y, en todo caso, reducir un poco el tamaño de la ración y hacer ejercicio”, explica Aranzazú Aparicio, profesora titular en el Departamento de Nutrición de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid.
“Ningún alimento es capaz de hacernos adelgazar. Los únicos que adelgazan son aquellos que nos dejamos en el plato”, apunta Aparicio. La doctora repasa algunos tópicos y errores recurrentes de quienes se ponen a dieta.
Evitar el pan y la pasta
Falso. No hay que descartar la pasta y el pan, sino consumirlos de forma moderada y sin mezclar con otros alimentos ricos en grasas. La recomendación es tomar 6 raciones de cereales al día. Los hidratos de carbono se metabolizan peor por la noche, pero eso no quita “para cenar una sopa con un puñadito de fideos y una fruta o lácteo con el fin de facilitar la digestión”.
Evitar las legumbres
Es un error desterrarlas de los menús. Cocinadas con hortalizas o arroz aumenta el valor nutricional y disminuye el contenido calórico. Además, tienen fibra y alto poder saciante.
Mejor edulcorante que azúcar
Falso. Una cucharita de azúcar aporta 8 calorías al café del desayuno. Un aporte calórico mínimo respecto a la media de 2.000 calorías diarias de una dieta equilibrada prototipo. Además, algunos estudios han constatado que los edulcorantes no activan las señales de saciedad.
Comer ensalada como plato único
Las ensaladas son ricas en agua y pobres en hidratos de carbono, proteínas y grasas, por lo que no engordan. Pero no pasa mucho tiempo hasta que el hambre irrumpe con fuerza y esto es negativo. La profesora Aparicio aconseja tomar alimentos con efecto saciante como plato principal (arroz, pasta, legumbres) y dejar las ensaladas como guarnición.
Tomar fruta después de las comidas engorda
Falso. La fruta tiene bajo contenido calórico, el mismo si se toma antes, durante o después de las comidas. Existe el riesgo de dejar de consumirla y eso, a la larga, puede provocar deficiencias nutricionales. También se cree que la fruta como colofón de la comida disminuye la absorción de nutrientes, algo inexacto ya que incluso lo favorece (por ejemplo, la vitamina C de la naranja facilita la absorción del hierro).
Plátanos, uvas e higos tienen muchas calorías
Cierto es que son más calóricos que la manzana o la pera pero, en cualquier caso, no llegan a 100 kilocalorías por cada 100 gramos de porción comestible. Tomadas en menor cantidad, aportan una cantidad de energía similar a una naranja mediana, por lo que no hay que eliminarlas de las dietas para adelgazar.
El pomelo quema grasa
Error, pero sí tiene un gran poder diurético que ayuda a eliminar líquido. Sin embargo, “hay que recordar que la pérdida de peso tiene que asociarse a una reducción de grasa y no de líquidos, lo que solamente se consigue con una dieta hipocalórica combinada con ejercicio físico”, subraya la experta.
El aceite de oliva no engorda
Este aceite, al igual que el resto, tiene un contenido energético de 9 kilocalorías por gramo, por lo que su consumo debe moderarse, especialmente en las dietas de adelgazamiento. Pero debe prevalecer sobre otros aceites de origen vegetal (coco o palma), mantecas y mantequillas, debido a su alto contenido en ácidos grasos monoinsaturados y sustancias antioxidantes, relacionados con una disminución del riesgo cardiovascular.
Los alimentos integrales no engordan
No es del todo correcto. Sí es cierto que aportan más fibra, vitaminas, minerales y fitoquímicos (sustancias derivadas de plantas cuya ingesta beneficia a la salud) que los no integrales y provocan mayor sensación de saciedad. Aparicio advierte ante productos integrales de bollería que contienen gran cantidad de grasa, especialmente saturada, que aumentan las calorías y y el riesgo de enfermedad cardiovascular.
Consumir de forma indiscriminada alimentos light o bajos en calorías
Existe la creencia de que la energía que aportan los alimentos light es insignificante y se suele abusar de ellos. Es verdad que aportan menos calorías que sus homólogos si se consumen en igual proporción. Pero algunos de estos alimentos contienen una elevada cantidad de grasas y azúcares y un mayor contenido en aditivos necesarios para su elaboración.
No beber agua durante las comidas
Falso. El agua no aporta calorías al no contener nutrientes. Tomar agua durante las comidas, no sólo ayuda a mejorar el estado de hidratación, sino que también ayuda a llenar el estómago y sentirnos llenos.
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