Porque el bebé llega sin libro de instrucciones: consejos para padres primerizos

  • Para limpiarlo, debemos hacer hincapié en sus genitales, en los pliegues, detrás de las orejitas y las rosquillitas que se le forman en las piernas.
  • Dar de mamar es la mejor manera de alimentar a nuestro bebé.
  • El paseo diario, desde el primer día: el sol le permite sintetizar la vitamina D.

La llegada del primer bebé es una gran alegría, pero también un foco de dudas. Somos novatos y los consejos, a veces contradictorios, nos llueven desde todos los flancos. Sara Cañamero, matrona, enfermera pediátrica y directora de Maternatal, nos da las claves para padres primerizos.

El baño del bebé

No sabemos cómo sujetarle, cuándo coger la toalla, nos faltan manos… ¿me meto la esponja en la boca? La solución es siempre el sentido común: preparar todo lo que vamos a necesitar; ventanas cerradas sin corrientes; controlar la temperatura del agua (36 ó 37 grados es lo correcto); sumergir bien al bebé y que esté cómodo.

Debemos limpiar de la parte más sucia a la más limpia, hacer hincapié en los genitales de los bebés y sobretodo en los pliegues, detrás de las orejitas, las rosquillitas que se le forman en las piernas, y es fundamental el secado del bebé.

La cura del cordón umbilical

Hay mucha controversia y, por tanto, diferentes protocolos para el cuidado del cordón, desde el alcohol, a la clorhexidina, el lavado con agua y nada más. Según Cañamero, lo que se ha visto es que el único riesgo que hay con el cordón es el riesgo de infección, y cualquiera de las medidas que se tomaban en los diferentes centros de España (alcohol, clorhexidina, agua y jabón…) indican que tienen el mismo índice de infección, en todos es bajo, y la caída del cordón, en tiempo, es realmente similar.

Nos da igual cómo lo curemos, lo más importante es que esté seco. A los 5 o 7 días el cordón se momifica y se cae. No hay que tener miedo, no suele doler, podemos manejarlo; lo único importante es que esté seco.

El cambio de pañal

Es algo básico y que vamos aprendiendo con la práctica. Debemos tener cerca lo que vamos a necesitar (toallitas, esponja con toalla y pañal) y debemos limpiar el culito de delante a atrás, de la vulva al ano, para no arrastrar las infecciones hacia el meato urinario. Las niñas tienen más riesgo de infección.

Los polvos de talco son dañinos para los bebés ya que liberan muchas partículas que, aspiradas, se depositan en el pulmón pudiendo producir diferentes reacciones inflamatorias. Según la matrona, en principio, las cremas tampoco se deben utilizar. Son espesas, forman una película que no deja transpirar y sólo debemos aplicarlas en caso de tratamiento.

La ropita

Los niños tienen un sistema termorregulador inmaduro y, por tanto, tienen tendencia a sufrir hipotermias e hipertermias con mucha facilidad. No regulan bien la temperatura y si les abrigamos en exceso podemos provocarles fiebre y deshidratación. Se aconseja siempre una prenda más de la que usaríamos nosotros, tanto en invierno como en verano. En invierno, mantita y gorrito; los bebés tienen una cabeza grande y pierden mucho calor a través de ella.

El paseo diario

Debe hacerse desde el primer día. Explica Cañamero que mientras el niño esté bien abrigado, le viene bien la exposición a los rayos solares; simplemente la claridad del sol hace que sea capaz de sintetizar la vitamina D. Además, en la calle va a recibir diferentes estímulos, tanto auditivos como visuales y a la mamá también le viene bien salir. Es una buena opción hacerlo dos veces al día, mañana y tarde, cuando haga menos frío.

La lactancia materna

Dar de mamar es la mejor manera de alimentar a nuestro bebé. Las mamás se tienen que formar antes, porque los bebés sí que nacen sabiendo mamar pero las madres tienen que aprenderlo.

En casa lo mejor es buscar intimidad. El estrés es lo que puede interferir en la lactancia materna y muchas visitas generan, sobre todo los primeros días, estrés. Ahí, el papel de la pareja es fundamental ya que tiene que velar o garantizar ese ambiente propicio para la crianza del bebé.

El descanso del bebé

El bebé nace con un ciclo de sueño diferente al nuestro. Cuando nacen siguen el mismo patrón de sueño durante los primeros días, por la noche parece que les ponen pilas y durante la mañana hacen las pausas de las tomas más largas. Esto al principio suele desesperar porque intentamos que el bebé se adapte a nuestro ritmo de vida y, sobre todo, el primer mes hay que adaptarse al ritmo de vida del pequeño.

El niño irá madurando su sistema nervioso e irá adquiriendo todas las fases del sueño completas hasta dormir del tirón. Para inculcar ese ritmo circadiano, durante los sueños que haga en el día, no vamos a bajar el volumen de la televisión, ni vamos a bajar luces; debemos hablar a un volumen normal, incluso le vamos a tener durmiendo en el salón para que se de cuenta de que es de día. Durante la noche el sueño debe ser sin estímulos: cuando le tengamos que dar el pecho lo haremos sin hablarle, las caricias transmiten mucho. Irá aprendiendo poco a poco.

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