El rey hace un alegato por la unidad de España, defiende la Constitución y pide ejemplaridad

El rey, durante su discurso de Nochebuena.
El rey, durante su discurso de Nochebuena.
RTVE
El rey, durante su discurso de Nochebuena.

El rey Juan Carlos utilizó su mensaje de Nochebuena para hacer un alegato a favor de la unidad de España y reclamar "liderazgo" a los dirigentes políticos y agentes sociales. En un discurso de 1.416 palabras y de algo más de 11 minutos de duración, el monarca hizo referencia a los damnificados por la crisis económica, recordó a las víctimas del terrorismo y pasó de puntillas por la corrupción, aunque concluyó asegurando que asume las peticiones de "ejemplaridad y transparencia" que hace la ciudadanía.

Don Juan Carlos, que habló sentado debido a sus últimas operaciones de cadera, dedicó los primeros minutos de su intervención a la recesión. Así, envió "un saludo especialmente afectuoso" a las personas sin trabajo, a los que "por circunstancias diversas" no pueden disponer de una vivienda y a los jóvenes que no han logrado "encauzar todavía vuestra vida profesional". Después, hizo una mención especial a los pensionistas: "Estáis siendo el soporte de muchas economías familiares".

También dio las gracias al conjunto de los ciudadanos por su "responsabilidad y civismo" en tiempos "ciertamente difíciles" y sentenció que la crisis empezará a resolverse "cuando los parados tengan oportunidad de trabajar".

Tras la derogación de la aplicación retroactiva de la 'doctrina Parot', que ha permitido la excarcelación de varios etarras, el jefe del Estado incluyó en su reconocimiento a las víctimas del terrorismo: "Unas personas y unas familias que durante décadas han sufrido cruelmente la violencia y el terror de unos criminales totalitarios. Sé que estáis pasando momentos especialmente difíciles".

Cataluña, protagonista

La corrupción, que formó parte de su discurso en 2011 debido a la imputación en el caso Nóos de su yerno, Iñaki Urdangarin,  volvió a aparecer este año. El rey aceptó que el "prestigio" de la política y las instituciones está dañado y que la sociedad reclama "un profundo cambio de actitud y un compromiso ético". Sin embargo, no llegó a pronunciar la palabra "corrupción" ni incluyó a la Corona entre las afectadas, pese a que la infanta Cristina puede ser imputada de nuevo en el caso Nóos en los próximos días.

Pero el grueso del mensaje navideño se lo llevó la situación política en Cataluña. A pesar de que tampoco hizo una referencia explícita, el rey se esforzó por responder en primera persona a la consulta impulsada por el presidente de la Generalitat, Artur Más.

Don Juan Carlos situó la cuestión desde el comienzo hablando de sus "convicciones sobre nuestro futuro en común". A continuación, pidió "que se cumplan y hagan cumplir la Constitución y las leyes" y que las diferencias se resuelvan "con arreglo a las reglas de juego democráticas aprobadas por todos". "El respeto de esas reglas es la garantía de nuestra convivencia y la fortaleza de nuestra democracia. Esta es una verdad incuestionable que debemos tener muy en cuenta", sentenció.

El rey aseguró que el "logro histórico" de la Constitución "no es incompatible con reconocer la necesidad de mejorar en muchos aspectos nuestra democracia". Tras hacer mención de todo lo que une a los españoles, pidió a los líderes políticos y sociales "generosidad para saber ceder cuando es preciso, para comprender las razones del otro y hacer del diálogo el método prioritario". Finalmente, zanjó: "La Corona promueve y alienta ese modelo de nación. Cree en un país libre, justo y unido dentro de su diversidad. Cree en esa España abierta en la que cabemos todos".

En total, el monarca hizo una veintena de referencias a la unidad, usó cinco veces la palabra 'juntos' y utilizó el término 'todos' en una docena de ocasiones.

Continuidad

Para concluir, el Jefe del Estado volvió a descartar su abdicación. "Mi posición me ha permitido vivir las múltiples vicisitudes por las que ha atravesado España, a la que he dedicado mi vida", reivindicó en medio de su discurso.

En sus últimas palabras, mostró expresamente su voluntad de permanecer en el cargo: "Quiero transmitiros como Rey de España, en primer lugar, mi determinación de continuar estimulando la convivencia cívica, en el desempeño fiel del mandato. [...] Y, en segundo lugar, la seguridad de que asumo las exigencias de ejemplaridad y transparencia que hoy reclama la sociedad".

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