Los países de la Unión Europea (UE) no lograron este martes cerrar un acuerdo sobre la propuesta para reforzar el sistema de préstamos a medio plazo para los países que no comparten el euro, con un cortafuegos que permita ayudar a los bancos de esos Estados miembros con dificultades.

Los ministros de Economía y Finanzas de los Veintiocho, el Ecofin, no lograron la unanimidad necesaria para aprobar la iniciativa presentada en julio de 2012 por la Comisión Europea para que, a través del citado mecanismo de ayuda financiera a la balanza de pagos (BoP), se pueda también inyectar dinero en bancos de los países que no forman parte de la moneda única.

"No estamos en posición de aprobar esta propuesta, son necesarios trabajos adicionales y negociaciones entre los Estados miembros, y (la cuestión) irá a la siguiente presidencia", confirmó Rimantas Sadzius, el ministro de Finanzas de Lituania, el país que este semestre ostenta la presidencia rotatoria de la UE.

La oposición de varios países, encabezados por Reino Unido y Alemania, a la propuesta impidió que saliera adelante, pese a la insistencia del vicepresidente de la Comisión Europea, Olli Rehn, sobre la necesidad de lograr un consenso que permitiera enviar el texto al Parlamento Europeo, que ha mostrado su disposición a aprobar el compromiso sobre la mesa.

"El Reino Unido no puede apoyar esta propuesta, creemos que (el programa de) la balanza de pagos que ya existe es suficiente, y la bloquearemos", afirmó ministro británico de Economía, George Osborne, durante el debate público del Ecofin.

El responsable de Finanzas de Alemania, Wolfgang Schäuble, señaló que "no ve la necesidad" de la iniciativa tal y como está sobre la mesa, e indicó que no respaldaría la propuesta, una línea similar a la defendida por Holanda.

"Mi reflexión es una simple expresión de decepción", afirmó Rehn tras constatar la falta de acuerdo, a la vez que defendió el equilibrio del actual compromiso "pragmático" e instó a los países a avanzar.

Los Veintiocho seguirán trabajando sobre esta cuestión en los próximos meses, con el objetivo de lograr un acuerdo bajo la futura presidencia del Consejo de la UE que ostentará Grecia a partir de enero.

La propuesta busca establecer un cortafuegos, similar al logrado con la creación de los fondos de rescate para la zona del euro, que cubra posibles dificultades en los países que no forman parte de la moneda única.

La Comisión Europea ha recalcado en numerosas ocasiones la importancia de aprobar esta reforma del BoP de cara a las pruebas de resistencia que la Autoridad Bancaria Europea (EBA) llevará a cabo a lo largo del próximo año y al análisis de la calidad de activos que hará el Banco Central Europeo (BCE).

La iniciativa también establece disposiciones sobre la supervisión de Bruselas tras la finalización de los programas de asistencia financiera, en línea con las nuevas normas aprobadas a nivel comunitario de vigilancia presupuestaria y macroeconómica. Además, permite a la Comisión Europea obtener capital en los mercados "en el momento más apropiado".

Por el momento, el BoP permite prestar hasta 50.000 millones de euros a medio plazo a los países de fuera del euro cuando éstos experimentan dificultades en su balanza de pagos por cuenta corriente o en su balanza por cuenta de capital.

Esta asistencia financiera suele ir acompañada del respaldo del Fondo Monetario Internacional (FMI) y de otros prestamistas multilaterales, tales como el Banco Europeo de Inversiones (BEI), el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD) y el Banco Mundial (BM), créditos bilaterales de los Estados miembros.