Papeleras llenas de desperdicios, polvo acumulado, baños que permanecen sucios más tiempo y trabajadoras que acaban sus turnos extenuadas. Estos son los resultados de los recortes de personal que ha provocado el nuevo contrato integral de limpieza hospitalaria. Por el momento, 90 personas han perdido su puesto, aunque las empresas adjudicatarias pretenden llegar, al menos, hasta las 250 o 300 bajas, según los sindicatos.

La Consejería de Sanidad adjudicó este servicio el pasado mes de julio por 208,2 millones de euros, 30,3 millones menos del máximo que tenía previsto pagar y 65 millones menos de lo que abonaba hasta el momento (273,2). En total, el "ahorro" ascendía al 23,8%.

Ferroser, perteneciente a la constructora Ferrovial, se hizo con los lotes 1 (hospital de La Paz, Carlos III, Cruz Roja, Fuenfría) y 4 (12 de Octubre, Móstoles, Severo Ochoa y el Instituto Psiquiátrico José Germain). Su propuesta incluyó una rebaja de costes del 11,5% en el primer lote y del 17,6% en el segundo, según calculó CC OO. Como el criterio establecido en los pliegos de condiciones era el de precio, es decir, la "oferta económicamente más ventajosa [...] la de precio más bajo", no tuvo competencia.

Clece, la filial de servicios de ACS, la constructora de Florentino Pérez, se llevó los lotes 2 (Ramón y Cajal, La Princesa) y 3 (Clínico, Santa Cristina, Virgen de la Torre, Centro de Transfusión Príncipe de Asturias, Niños Jesús y Hospital de El Escorial) por el mismo sistema. En su caso, ofreció un 15% y un 5% menos por cada paquete, respectivamente.

Sanidad no tuvo ningún problema en entregar a Ferroser la mitad de los lotes a pesar de que mantienes abiertos expedientes de sanción contra la compañía por valor de 70.000 euros. El motivo, las deficiencias de limpieza de los centros de salud de la región, que también tiene adjudicados. Estas consistían en falta de equipos, acumulación de desperdicios orgánicos e inorgánicos e, incluso, presencia de ratas.

La empresa pujó por este contrato por 35,4 millones, un 30% menos de lo que la Consejería se gastaba hasta el momento. Cuando comenzó a gestionar el servicio, ejecutó un Expediente de Regulación de Empleo Temporal (ERTE) que concluyó con varias prejubilaciones y la reducción de jornada del personal de limpieza en un 30%. En algunos centros, ni siquiera disponía de personal, por lo que dejaba un teléfono de guardia para que una unidad se desplazase en caso de que fuese necesario.

Imitando este proceso, las adjudicatarias tomaron el mando en los hospitales en verano avisando de que habría despidos. "Ferroser parecía un cordero, pero ahora se ha transformado en un lobo y quiere aumentar la jornada de todo el personal de 35 a 37,5 horas semanales. Clece entró a saco pidiendo la salida del 40% del personal. Pujando a la baja, no tienen otra forma de hacer rentables los contratos que recortar en trabajadores o en derechos laborales", explican desde la Federación de Servicios de UGT.

En conjunto, las adjudicatarias han propuesto, por el momento, una reducción de 195 personas, el 12,2% de la plantilla, que tiene unos 1.600 trabajadores. La mayoría de las salidas, puntualiza la Consejería de Sanidad, no son despidos, sino abandonos voluntarios con incentivos.  Otros contratos no han sido renovados a su vencimiento. El servicio, en cualquier caso, se está prestando con menos efectivos.

En el Príncipe de Asturias y La Princesa (gestionados por Clece), los sindicatos lograron reducir las bajas a 9 en el primer caso y 29 en el segundo. En la medida de lo posible, se ha optado por prejubilaciones, jubilaciones parciales, salidas a petición propia y traslados a áreas de la empresa que están fuera del ámbito sanitario

A cambio, el resto de empleados aceptó, entre otras, no acumular a las vacaciones las horas realizadas por exceso de trabajo. Así, la empresa no tendría que contratar extras para cubrir las vacaciones o los festivos.

En el Ramón y Cajal se han perdido 40 empleos. Según UGT, Clece quiere prescindir más de 50 personas. En el Clínico aspira a librarse de una veintena de limpiadoras y operarios. Antes, se había negado a reconocer a los 22 que componían el equipo del Pabellón 8, por lo que ninguno fue subrogado.

En conjunto, a día de hoy hay 90 personas menos. El resto de salidas que las adjudicatarias han propuesto a los sindicatos se reparten en 32 en La Paz, 30 en el 12 de Octubre (lo que incluye un reajuste de jornada para los que se queden), 10 en el Severo Ochoa, 10 más en las de Móstoles, 3 en el Santa Cristina, 5 en el Niños Jesús y un número por determinar en el resto que oscilaría, según los representantes de los trabajadores, entre el 10 y el 20% de cada plantilla.

Sanidad obliga a las empresas a subrogar al personal, pero no a mantener sus puestos. La Consejería alega que el servicio seguirá prestándose con la misma calidad porque el pliego de contratación establece sanciones si no se cumplen determinados estándares de limpieza objetiva y/o calidad percibida por los usuarios. Para Julio Gómez, portavoz de la Federación de Servicios Privados de CC OO, este proceso de control es ineficiente y la carga de trabajo, disparatada: "No podemos trabajar a destajo todo el tiempo".

20minutos se puso en contacto con Ferroser y Clece para recabar información y solicitar su opinión sobre la gestión de la limpieza hospitalaria. Clece, a través de su gabinete de prensa externo, se negó a hacer declaraciones. Ferroser, por su parte, justificó las reducciones de plantilla en la necesidad de "ajustar" el personal a las necesidades. "Intentamos que sea lo menos traumático posible", añadió un portavoz.

El método, sin embargo, no convence a los trabajadores. Lola, responsable en uno de los centros, asegura que la suciedad ya se nota: "No limpiamos igual porque no llegamos. Una trabajadora que tiene que hacer 20 o 30 habitaciones ella sola no da más de sí. El polvo se nota en los pasillos y los despachos, los baños están más sucios y las papeleras se recogen menos veces".

El problema, de momento, no ha llegado a las zonas sensibles, ya que las adjudicatarias se ocupan de forma preferente de las zonas que conllevarían riesgo para la salud y de aquellas denominadas como críticas. La relación incluye los quirófanos, las consultas, el hospital de día o las salas de rayos X. "Ahí no va a haber problemas. De momento, mantenemos la calidad, pero a costa de salir reventadas de trabajar. Esto no puede durar mucho", valora la responsable.