Letizia, entre lágrimas: "Gracias a todas las personas que se han sentido apenadas por la muerte de mi hermana pequeña"

  • La Familia Real arropó a los Ortiz en el último adiós a la hermana de la princesa Letizia.
  • Tras un responso de unos 20 minutos, el cadáver de Érika Ortiz fue incinerado.
  • Asistieron todos los miembros de la Familia Real menos la Reina, que hasta medianoche no aterrizó en Barajas procedente de Indonesia.
  • A la salida, Letizia, no pudo contener la emoción y rompió a llorar.
  • Telma Ortiz, la mayor de las hermanas, también llegó esta noche a Madrid, procedente de Filipinas, donde trabaja.
  • La familia Ortiz Rocasolano iba a conocer el jueves los resultados de la autopsia.
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Letizia Los Príncipes de Asturias llegaron al tanatorio poco antes de las 14.00 del jueves para asistir al responso de Érika Ortiz, que falleció el día anterior en dramáticas circunstancias.

Don Felipe y Doña Letizia arroparon a Paloma Rocasolano, a la que se le vio fuertemente afectada por la muerte de su hija.

Doña Letizia hizo su entrada al tanatorio mirando hacia el suelo e intentando mantener la entereza ante los numerosos medios expectantes ante su llegada. Esta era la primera vez que se veía a los príncipes tras conocerse la trágica noticia.

Poco después llegaron el Rey, las Infantas Elena y Cristina, Jaime Marichalar e Iñaki Urdangarín, cobijándose de la lluvia bajo sendos paraguas, de luto riguroso y con los rostros serios.

Ni Doña Sofía (que llegó a medianoche desde Indonesia, tras volar durante toda la jornada) ni Telma Ortiz pudieron asistir al responso ya que se encontraban en el extranjero cuando se produjo la noticia.

Telma también llegó por la noche al aeropuerto de Madrid.

En torno a las 14.30 del mediodía, la Familia Real abandonó el tanatorio de Tres Cantos. A la salida se produjeron los momentos más emotivos. Doña Letizia recibió muy emocionada los abrazos de Doña Elena e Iñaki Urdangarín.

Gracias a todas las personas que se han sentido apenadas por la muerte de mi hermana pequeña

Minutos después, los Príncipes de Asturias salieron y dedicaron unas palabras a los medios.

"Gracias a todas las personas que se han sentido apenadas por la muerte de mi hermana pequeña", afirmó Letizia entre lágrimas y visiblemente afectada. El Príncipe también agradeció a los periodistas presentes la atención y la comprensión prestada.

Tras el responso, oficiado por el capellán del Palacio de la Zarzuela, Serafín Sedano, la hermana pequeña de la Princesa de Asturias fue incinerada.

Mucha prensa y policía

Más de un centenar de periodistas se reunieron para cubrir el evento a las puertas del tanatorio de La Paz, próximo a la localidad madrileña de Tres Cantos.

En la zona, fuertes medidas de seguridad. Numerosos policías con perros vigilaban los alrededores y la Guardia Civil organizaba un dispositivo para controlar el tráfico en los alrededores.

La gran presencia policial obligó a los familiares de otros difuntos a aparcar a 10 minutos del tanatorio.

La autopsia

Estaba previsto que los datos de la autopsia de la hermana pequeña de la Princesa de Asturias se conocieran el jueves, aunque todo apunta a que estos no se harán públicos para preservar la intimidad por expreso deseo de la familia Ortiz Rocasolano, que a través de un comunicado difundido por la Casa Real pidió respeto y prudencia a la hora de tratar el tema.

Extraña muerte

El cadáver de la más pequeña de los Ortiz Rocasolano fue hallado el jueves por su actual pareja en el dormitorio de su casa, en el Nº40 de la Ladera de los Almendros del barrio madrileño de Valdebernardo, la antigua casa de Doña Letizia.Érika, de 31 años y con una hija de seis, vivía sumida en una profunda depresión y estaba en tratamiento con pastillas por estrés y ansiedad. Por todo esto, algunos medios ya han apuntado la hipótesis del suicidio citando a fuentes de la investigación.

Según publicaba el jueves El País, los indicios recogidos en la casa descartan dos cosas: la participación de terceras personas y que la muerte se deba a causas naturales. Además, el diario añade que en la casa fue encontrado algún frasco de ansiolíticos vacío.

Tormenta mediática

Nada más conocerse la noticia de su muerte, todas las televisiones, radios y periódicos saturaron la entrada del Nº40 de la Ladera de los Almendros.

Entre los numerosos medios predominaba la prensa rosa, que se distinguía del resto de informadores cuando salía cualquier vecino del edificio y se acercaban a él con todo tipo de preguntas que alimentaban el morbo, una situación que se repitió horas más tarde en el Instituto Anatómico Forense, donde fue llevado el cadáver para realizarle la autopsia y determinar así las causas de la muerte, todavía desconocidas.

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