Jesús Sánchez Adalid: "En el siglo XVII España ya vivía como hoy, desconcertada por la crisis"

  • El escritor extremeño publica la novela 'Treina Doblones de Oro'.
  • La obra relata aquella España que en 1680 despertó del sueño imperial y miró atónita cómo la decadencia se hacía dueña de sus tierras.
  • "Aquel español se parece mucho al español que ha vivido en los cuatro últimos años", asegura el autor.
Jesús Sánchez Adalid.
Jesús Sánchez Adalid.
EFE
Jesús Sánchez Adalid.

Ni historiador, ni erudito. Así se define Jesús Sánchez Adalid, un escritor de novela histórica que es al mismo tiempo "un cura de pueblo", algo que le permite estar pegado a la realidad y retratar en su última obra al español del XVII que como el de hoy, vivía desconcertado ante la crisis.

"En España muchas personas se enriquecieron rápidamente. Después de 1680 llegó la decadencia y aquel español desconcertado totalmente ante la crisis se parece mucho al español que ha vivido en los cuatro últimos años", asegura el escritor, galardonado en 2007 con el Premio Fernando Lara de novela.

Tras trece novelas publicadas y más de un millón y medio de ejemplares vendidos, Sánchez Adalid (Villanueva de la Serena, Badajoz, 1962) presenta ahora Treinta Doblones de Oro (Ediciones B), una historia de cautivos españoles en Mequínez, la capital del Marruecos imperial que vivía en 1680 sus primeros años de unidad bajo el mandato del sultán Mulay Ismail.

Precisamente entre los vestigios de aquel imperio, rodeado por los más de 25 kilómetros que quedan de la muralla que protegió Mequínez, Sánchez Adalid ha hablado mientras recorría sus calles y aquellos mundos que inspiraron su novela.

Un continuo deambular entre el glorioso pasado que esconde esta ciudad Patrimonio Mundial de la Unesco y el bullicioso trasiego del presente que se agolpa en torno a su medina.

Escritor y sacerdote, "al estilo de Calderón de la Barca o Fray Luis de León", Sánchez Adalid se define como un "cura de pueblo", una tarea que desempeñó durante dos décadas y de la que parece imposible que se pueda desprender, aunque recientemente haya sido trasladado a Mérida.

"Ser cura de pueblo es una forma de palpar la realidad"

Y es que su mirada cercana y directa de la realidad, fruto del contacto con la gente, ha pasado a constituir en él una actitud, una forma propia de entender el mundo.

"Ser cura de pueblo es una forma de palpar la realidad. El escritor importado a una ciudad en la que acaba relacionándose con un mundo intelectual y académico pierde el anclaje con ella. El pueblo te obliga a vivir en la realidad. De hecho, mis personajes surgen de las personas con las que hablo diariamente".

Personajes ficticios que se mezclan con la historia real de una España barroca en la que muchas de sus gentes dejaron su condición de nuevos ricos para caer precipitadamente en la pobreza y la mendicidad, mientras la capital del imperio marroquí se enriquecía gracias al cautiverio de españoles y portugueses y blindaba su territorio con imponentes filas de murallas.

"La novela presenta la gran crisis de 1680 cuando se produce la decadencia de los Austrias. Un concepto que hemos oído muchas veces y que quería describir desde sus entrañas. Los protagonistas quieren vivir en la sociedad que han conocido pero su mundo se desploma y al final acaban cautivos. Cautivos en Mequínez, y cautivos de su propia realidad.", explica Sánchez Adalid.

Una novela que llega acompañada de la reivindicación de un género, que asegura el autor, es demandado por las nuevas generaciones de lectores y, que sin embargo, le cuesta obtener el reconocimiento institucional y tiene dificultades para acceder a los premios literarios en un momento en el que los autores consagrados apuestan por el realismo social.

"Tenemos que aprender a disfrutar con la historia y la novela permite ese viaje mágico al pasado que nos ayuda a reinterpretar el presente", argumenta el escritor, que en este libro deja al descubierto el pasado de cautiverio en tierras marroquíes del venerado Cristo de Medinaceli.

Dispuesto a adentrarse en las entrañas de la historia, Sánchez Adalid trata de relatar aquella España que en 1680 despertó del sueño imperial y miró atónita cómo la decadencia se hacía dueña de sus tierras.

Un retrato de otra crisis, de aquel español que, como el de hoy, se empeña en reconquistar la sociedad que conoció para convencer al lector de que es "en las crisis donde surge lo mejor del ser humano".

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