La Fundación Santa María de Albarracín se encarga de la conservación de las tablas mudéjares de Bronchales, halladas en la ermita de Santa Bárbara, que se encuentran en muy mal estado.

El Ayuntamiento de Bronchales es el promotor de estos trabajos, que se desarrollan en el Centro de Restauración de Albarracín.

Dos de las restauradoras participantes del curso previo en el que se estudió esta colección de dichas tablas medievales son las ejecutoras de las minuciosas labores de conservación. Con esta actuación se pretende conservar el bien en su estado puro, garantizando su perdurabilidad en el tiempo, dado el interés que tienen como restos medievales que son, pertenecientes al siglo XIV, y testimonio del interesante proceso de repoblación de este territorio turolense.

Su estado inicial es malo, dado su antigüedad, y su reaprovechamiento como refuerzo de la actual techumbre, también de madera, en cuya parte superior se encontraron estos tiempos atrás, según han informado en la Fundación. Por otra parte, debieron estar bajo las arcillas, sobre las que se instalaban las tejas superficiales, conformando este tipo de alfarjes tradicionales, contribuyendo todo ello, a su progresivo deterioro.

Muchas de las tablas aparecen cortadas, con policromías muy desgastas en general, y con huellas de su asentamiento primitivo, en muchas ocasiones agrietadas y afectadas por xilófagos. Sin embargo, la limpieza y tratamiento general al que se están sometiendo, permite el realce del color.

A partir de la consulta realizada por el Ayuntamiento de Bronchales, el Centro de Restauración de la Fundación, comenzó el adecuado procedimiento para su mejora, con el estudio previo del bien, y por tanto del alfarje al que pudieron pertenecer.

Quedaría pendiente el trabajo de instalación in situ de las tablas, una vez restaurada la ermita de Santa Bárbara, y siguiendo, en la medida de lo posible, las indicaciones del estudio abordado previamente en el curso técnico de restauración.