El Gobierno de Ucrania ha negado este lunes que estudie implantar el estado de excepción en el país debido a las protestas de la oposición y los violentos enfrentamientos que tuvieron lugar el domingo en Kiev y que causaron casi 200 heridos que tuvieron que ser hospitalizados, entre policías y manifestantes.

"Las autoridades no se han planteado decretar el estado de excepción en el país", ha dicho a la agencia Interfax-Ukraini el portavoz del Gabinete del Ministros, Vitali Lukiánenko.

Por otro lado, los grupos parlamentarios opositores han anunciado que este martes presentarán en la Rada Suprema (el Parlamento de Ucrania), una moción de censura al Gobierno encabezado por el primer ministro, Nikolái Azárov, por la renuncia al Acuerdo de Asociación con la UE y la represión de las protestas populares de los últimos días.

"Si los diputados no apoyan la destitución del Gabinete de Ministros significará que respaldan las palizas a los estudiantes, significará que respaldan lo que ocurrió anoche (por este domingo)", dijo el líder del grupo parlamentario del partido opositor Batkivschina —de la encarcelada ex primera ministra Yulia Timoshenko—, Arseni Yatseniuk, en una reunión del Consejo de Conciliación del Legislativo, que contó con la presencia del primer viceprimer ministro, Serguéi Arbúzov.

A primera hora de este lunes, unos 1.000 manifestantes bloquearon todos los accesos a la sede del Ejecutivo, por lo que los funcionarios no pudieron llegar a sus oficinas. "Nos han dicho que volvamos a casa y esperemos más instrucciones. Simplemente, no podíamos llegar al trabajo. Las puertas estaban bloqueadas", ha informado un empleado gubernamental que ha intentado entrar.

Lukiánenko no ha precisado si el primer ministro, Nikolái Azárov, cuya dimisión demandan los opositores, ha conseguido acceder a su despacho.

En respuesta al llamamiento a una huelga general contra el presidente, Viktor Yanukovich, los manifestantes se han concentrado en el exterior del edificio gubernamental y han llenado la calle con obstáculos como macetas y cubos de basuras para impedir la entrada de funcionarios y trabajadores.

A pesar de las manifestaciones y la jornada de huelga general, el transporte ha funcionado con fluidez.

Varios miles de opositores pasaron la noche del domingo al lunes en la Plaza de la Independencia, donde levantaron barricadas para rechazar un eventual intento de desalojo por los antidisturbios.

Según varios testigos, la manifestación que acogió el domingo la capital ucraniana contó con una participación de 350.000 personas, lo que la convierte en la mayor movilización desde las marchas de la denominada Revolución Naranja hace nueve años. Los manifestantes exigen la dimisión del Gobierno por su rechazo a la Unión Europea para volver a acercar el país a Rusia.