El BNG considera que la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana que planea el Gobierno, aunque se haya retocado el anteproyecto que este viernes estudia el Consejo de Ministros, sigue teniendo el problema de que su filosofía supone "más represión, más control y una sociedad vigilada" ya que "sólo responde a las ansias del PP por censurar y acallar cualquier manifestación de crítica social".

Rosana Pérez, diputada del BNG en el Congreso, considera que la legislación actual es "más que suficiente" y no era necesario actualizarla con un texto que, en su opinión, y más allá de los cambios que se introduzcan, acabará atentando contra los derechos fundamentales recogidos en la Constitución.

En su opinión, "el nudo gordiano" no está en que se hayan retocado las "durísimas pretensiones iniciales" del PP, sino que "la cuestión está en la misma filosofía de la ley: una norma que anuncia más represión, más control, más vigilancia, menos libertad y que tiene por objetivo infundir temor, miedo, funcionando como un elemento disuasorio para que los ciudadanos se piensen dos veces si deben o no protestar delante del Congreso".

Vuelve la inquisición

La parlamentaria del BNG ha querido dejar claro que la formación nacionalista se opondrá rotundamente a esta nueva ley que forma parte del corpus "más represor del PP", que trata de "formar una sociedad extremadamente vigilada, instaurar un régimen policial propio de los tiempos de la Inquisición".

"Al PP le molesta la crítica social, le molestan las manifestaciones, las concentraciones, los actos de protesta y la libertad de la ciudadana a poder exhibir su malestar por unas políticas que les están rebajando la calidad de vida hasta niveles nunca vistos", asegura Rosana Pérez.