Búlgaros y rumanos
El censo electoral se cerró el día 31 de enero, así que cualquiera tendrá que votar donde esté ahora empadronado. El pasado mes se registraron unos 500 empadronamientos más de los habituales en la capital debido a que búlgaros y rumanos deben estar inscritos para poder votar. Para hacerlo, además, tienen que pedirlo por escrito al censo antes del 16 de abril.
Alerta contra altas sospechosas
La Oficina del Censo Electoral tiene encendidas todas las alertas para detectar posibles altas sospechosas en los padrones de cara a las próximas elecciones. Es más, las activó hace un año y si en algún municipio se inscriben muchas personas de golpe, salta la alarma y las investiga. Concretamente cuando la variación mensual es más de 2,5% o la trimestral, del 10%. Pide al Ayuntamiento un informe por escrito de las razones del crecimiento anormal del padrón, acompañado con la firma de los nuevos vecinos, que acrediten que residen allí. En este año sólo ha saltado la alarma una vez, «en un pueblo muy pequeño y estaba justificada».
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