El que fuera vocalista del grupo musical Tabletom, Rockberto, cuenta desde este martes con un busto conmemorativo de su carrera, situado en uno de los lugares de la ciudad de Málaga que más frecuentó, la plaza San Pedro Alcántara.

La obra, presentada por el alcalde, Francisco de la Torre, ha sido realizada por el escultor Víctor Carrasco, que ha trabajado de forma altruista y con la ayuda de los amigos de Rockberto, los cuales han aportado los beneficios de una serie de conciertos realizados para hacerse cargo de los gastos de fundición.

La pieza es un busto elaborado en bronce, de 59 centímetros de alto por 32 centímetros de ancho, que se ha instalado sobre un pedestal de hormigón abujardado, realizado por la Gerencia Municipal de Urbanismo, a una altura de 1,20 centímetros y con una base 60 por 60 centímetros.

Rockberto y su historia

El cantante mantuvo siempre una presencia constante en Málaga a lo largo de su carrera musical. El artista, alumno del colegio de San Agustín, destacó a mediados de los años 60 con sus primeros ensayos en el campo musical, que fructificaron con el nacimiento de Tabletom.

El grupo contaba entonces con seis miembros, entre los que Rockberto era el vocalista. Su creación sirvió para innovar el panorama musical de Málaga. En 1973 se casó con una holandesa y se marchó a Holanda, donde permaneció solo un año.

Posteriormente, Tabletom pasó a tener cuatro miembros y hasta 1985 sobrevivió con una productora propia. A lo largo de su trayectoria, gracias en parte a la figura carismática de Rockberto, los incondicionales perduraron en el tiempo.

En 1985 la banda llegó a disolverse durante algunos años, en los que Rockberto no abandonó la actividad musical al seguir en la música con los hermanos Ramírez. En 1990 retomó el nombre de Tabletom convertido en trío —Roberto y los hermanos Perico y Pepillo Ramírez—.

En 2011, debido a la salud de Rockberto, se plantearon hacer una gira de despedida y disolver la banda, pero no llegaron a hacerla debido al fallecimiento del cantante.