La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, acusó hoy al PP de ser una derecha cada vez "más extrema" por su empeño en fomentar el "desorden" y la "exaltación" entre los ciudadanos.

De la Vega, quien intervino en la reunión del Grupo Socialista en el Congreso para exponer las prioridades políticas del nuevo curso, afirmó que los dirigentes del PP están llevando a cabo una "estrategia de confrontación sin freno" basada "en el poder por el poder", a pesar de saber que con ella "perdemos todos" y la democracia española.

La vicepresidenta volvió a emplazar al PP a sumarse a un "gran frente democrático frente al terrorismo", al tiempo que aseguró que el Gobierno seguirá actuando en esta materia guiado por la ley, la unidad y "el recuerdo permanente de las víctimas".

Para De la Vega, "cada día la derecha resulta más extrema y menos creíble" y los responsables del principal partido de la oposición "se alejan del centro y la moderación" y optan por "el desorden frente al orden y la exaltación frente a la razón". Frente a esta postura, contrapuso la del PSOE:

"Nosotros no gritamos, no generamos ruido, damos razones; proponemos y buscamos el acuerdo, no nos enquistamos en el no permanente; pensamos en un futuro mejor para los ciudadanos, no en el poder por el poder".

Trabajo para buscar la unidad

"Los socialistas, el Gobierno y su presidente han trabajado y van a trabajar sin descanso por lograr la unidad de todos los demócratas frente al terror", añadió la vicepresidenta, quien reiteró la previsión de aprobar en próximas fechas la reforma de la ley de víctimas del terrorismo.

También achacó al PP su insistencia en "pervertir" el funcionamiento del Estado de Derecho, de poner en duda a las instituciones con fines partidistas y de resucitar la "estrategia del ruido" para confundir a la ciudadanía. Fernández de la Vega rechazó así el "discurso catastrofista" de los 'populares', así como su empeño en decir que la legislatura está "agotada".

Garantizó que el Gobierno completará su mandato, que expira en marzo de 2008, alegando que aún hay "mucho por hacer" y que el PSOE cuenta con los apoyos parlamentarios suficientes para sacar adelante su proyecto con "diálogo y acuerdo". En su opinión, "las cosas van bien y van a seguir yendo bien", y puso como ejemplo los niveles históricos de empleo conseguidos en la etapa de José Luis Rodríguez Zapatero.