El juez ha ordenado prisión sin fianza para el hombre acusado de haber matado a su expareja el pasado sábado en Torrelaguna, que había sido encarcelado tres veces por malos tratos y romper la orden de alejamiento sobre la víctima y que tenía pendiente un ingreso penitenciario.

El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) ha informado de que la Juzgado de Instrucción número 1 de Torrelaguna ha decretado el ingreso en prisión comunicada y sin fianza para Raúl G.G., de 36 años y nacionalidad española, por la muerte de su exmujer, Concepción E., también española y de 44 años.

Ha confirmado que en el momento del crimen pesaba sobre él una orden de alejamiento y prohibición de comunicación con la víctima, dictada por ese mismo juzgado en mayo de 2013.

Esta medida cautelar había sido adoptada como consecuencia de la investigación de una supuesta agresión sexual, en el curso de cuya instrucción las partes no pidieron el ingreso en prisión del supuesto agresor.

El juez entendió que el acusado había quebrantado esa orden de alejamiento y ordenó a principios de julio de 2013 su ingreso en prisión, pero el Juzgado de lo Penal número 36 de Madrid dictó sentencia absolutoria el 15 de julio por no quedar suficientemente probado el delito y acordó su puesta en libertad. Mientras, la instrucción por la supuesta agresión sexual sigue su curso.

Simultáneamente, el mismo Juzgado de lo Penal ordenó comunicar la decisión a la Guardia Civil para que garantizara el cumplimiento de la medida que prohibía al supuesto agresor acercarse o comunicarse con la víctima.

La medida de alejamiento y prohibición de comunicación fue ratificada el pasado 18 de noviembre por el Juzgado de Torrelaguna, cinco días antes del fallecimiento de la mujer.

Durante la estancia en prisión de Raúl G. G., el juzgado de Torrelaguna advirtió al centro penitenciario de que la víctima no podía visitar a su exmarido en la cárcel porque seguía vigente la orden de alejamiento.

El Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha explicado que el presunto agresor ya ingresó en prisión en el año 2008 por un delito de coacciones y cumplió una pena de seis meses de prisión y un año y medio de alejamiento de la víctima.

En el año 2009 volvió a ingresar en prisión, esta vez por quebrantar la orden de alejamiento que pesaba en su contra por la sentencia anterior.

En 2012 el Juzgado de lo Penal 36 le impuso una pena de prisión de nueve meses por quebrantar de nuevo la orden de alejamiento, y el Juzgado de Ejecutorias 32 sustituyó esta pena por una multa.

Asimismo, el Juzgado de lo Penal 37 le condenó el 15 de octubre de 2013 a otros nueve meses de prisión por otro quebrantamiento de medida de alejamiento, sentencia que se encuentra en fase de ejecución, ha precisado el TSJM.