CGT ha celebrado la absolución de las cinco personas denunciadas por realizar una escultura con Tupperwares frente al domicilio de la consejera de Educación, Universidad, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón, Dolores Serrat, un proceso "absurdo" que manifiesta "la actitud intolerante y hostil de la consejera hacia el ejercicio de la libertad de expresión de la comunidad educativa".

Serrat denunció a estas cinco personas por un supuesto acoso con ocasión de la 'tupperprotesta' llevada a cabo por Marea Verde el pasado 12 de enero, que consistió en la creación de una escultura de Tupperwares, en la calle Alfonso de Zaragoza, como muestra de solidaridad con las auxiliares de comedor escolar en huelga en esas fechas y los niños sin becas de comedor.

La consejera no ha comparecido en el juicio por faltas, celebrado este lunes, 25 de noviembre. CGT ha indicado en un comunicado que desde antes de las 9.00 horas "numerosas personas se han concentrado" en la zona de los juzgados "para mostrar su apoyo y solidaridad con los acusados".

Finalmente, la consejera "no se ha presentado, ni ha dado poderes, por lo que al fiscal no le ha quedado más remedio que solicitar la absolución", algo "sin duda paradójico pues el mismo ministerio fiscal siempre se enrocó en la posición de considerar la acción como delito, opuesto por tanto a la consideración de falta". La sentencia firme, contra la que no cabe recurso, ha sido la absolución.

CRIMINALIZAR

CGT ha rechazado "la utilización de la justicia" para "criminalizar la legítima protesta contra los recortes en la enseñanza pública, así como el intento de amordazar todas las voces que se alzan contra una política educativa marcadamente antisocial".

De igual forma, se ha mostrado contrario a "la negativa a la autorización de cualquier manifestación de nuestro sindicato que transcurra por la calle Alfonso y las acciones legales que se han emprendido contra personas simplemente por el hecho de estar el portal de la consejera".

Esta organización ha agregado que la Ejecutiva del PP "no tolera los escraches y prepara una Ley de Seguridad Ciudadana incompatible con la libertad de expresión" y "nos preguntamos qué nombre se le puede dar a la tensión continua a la que han sido sometidos los compañeros durante el tiempo que ha durado este proceso".